El sueño en AFA: Torneo de 64 equipos

 Terminado el Mundial, volvimos a la realidad de nuestro fútbol local dónde temporada tras temporada los directivos se esfuerzan por desorganizar y crear torneos cada vez más espantosos. No nos curamos del susto de lo que fueron los campeonatos del año que acaba de culminar que ya nos hacen temblar con la reformación de los de este 2023. Que dos zonas impares en el Nacional, que fusionan la C y la D, que la B no sabe para dónde ir ni cuantos ascensos tendrá, que se desciende por promedios o por puntos o por las dos cosas o mejor que ni descensos haya. Todo un dolor de cabeza que enloquece a los hinchas.

No hay simpatizante de este deporte que no pida a gritos torneos de no más de 20 equipos, todos contra todos ida y vuelta y que descienda los peores y ya está. Pero la AFA parece tener sordera a los deseos de la gente y se empecina a complicar innescesariamente las cosas. Pero ¿Por qué?


Dónde nace la magia


Difícil es responder ese interrogante, pero lo que se escapa por los orificios de AFA es ese olor a miedo por descender. Está claro que para ordenar los campeonatos no hay camino que el descenso de entre 8 y 7 equipos en las dos más altas categorías. Pero ese remedio racional se ha vuelto utópico al pasar los años y encontrarse con excusas vanas para que haya temporadas sin perdidas de categorías o que solo haya "descensos graduales" de apenas uno o dos equipos.

De esta forma se hace imposible tener torneos decentes, por lo que se cae siempre en los cambios continuos que no terminan de convencer a nadie. Que dos zonas, que una sola rueda, que una Liga y una Copa al año, que se juegue un torneo con 28 por 6 meses y otro con equipos de Primera y del ascenso. Todo un cambalache.

También se suma la parte económica y política. Está claro que descender implica una baja considerable en las arcas de los clubes en concepto de TV y sponsors que son los pilares que mantiene los presupuestos. Además el malestar social e institucional que genera en los hinchas pelear por no descender, muchas veces destapando los malos manejos dirigenciales como bien paso el año pasado dónde los resultados negativos hicieron sangrar a más de una CD.

Los resultados pueden tapar una mala gestión si son buenos o tirar de cuajo el telón si son negativos.


Con todo lo expuesto quedan claro dos cosas: Estos torneos actuales no le gustan a nadie y ningún club está dispuesto a perder deportivamente su lugar en la categoría que está. Un camino que lo único que logra es la mediocridad de las competiciones locales lo que en un futuro es la perdida de interés por parte del público neutral que a la hora de ver un partido del Torneo argentino o uno de cualquier liga europea, elegirá esto último.

Pero como ya suenan en nuestros oídos la réplica absurda de "Entonces armen ustedes un torneo si es tan fácil", acá va la opción que humildemente este medio da para que no solo dirigentes, sino sobre todo los hinchas genuinos, queden conformes: Torneos de 64 equipos y a otra cosa.


Sistema vertical actual


What?

Momento. Pasamos a explicar. Si hay miedo a bajar de categorías habría que reducir la cantidad de estas. Hoy hay 5 escalones contando desde la Liga Profesional hasta la Primera D. Lo ideal sería que no haya más de 3. Pero eso llenaría de equipos a las diferentes categorías y dijimos que a nadie le gustan campeonatos con más de 20. Acá entra el cambio de visión del árbol del fútbol argentino.

Tenemos un formato vertical para distribuir los equipos en las diferentes categorías, pero ¿y si cambiamos a uno horizontal? De esta manera se puede tener más campeonatos con menos equipos. En este ejemplo que proponemos se puede tener una Primera División de 20 equipos (o 28 si nos basamos en la actualidad), una segunda categoría de 64 equipos distribuidos en 4 campeonatos independientes -esto es que no se cruzan entre sí- de 16 y una tercera categoría de igual manera. Esto da un total de 148 equipos en tres categorías, es decir, 2 cupos más en comparación a los 146 que hoy tenemos entre la Liga, el Nacional, el Federal A, la B, la C y la D.


Sistema horizontal (me quedo sencillo pero bonito, no?)

Habría 4 descensos en Primera más una Promoción. Los campeones de cada campeonato de Segunda ascenderían directo y los segundos podrían eliminarse entre sí por un lugar en la Promoción por un quinto ascenso. Bajarían los dos últimos de cada torneo de Segunda y ascendería misma cantidad desde la Tercera categoría en dónde solo bajarían los del interior para darle lugar a los que pululan en los Regionales.

Además este sistema es flexible a cambios sin alterar la cantidad de participantes. La conformación de los torneos de 16 equipos puede ser permanente o variable. Pueden agruparse mediante un ranking para ser pareja la competencia, se puede evitar los clásicos si el Aprevide sale a llorar por los operativos, o se los pueden incluir, se puede un año mechar del interior con Metropolitanos, se puede hacer solo metropolitanos y solo interior, se puede hacer por sorteo, en fin, combinaciones a colores. Lo mismo en la disputa de los ascensos. Puede haber reducidos o no, puede haber promociones o no, se puede ajustar la cantidad de ascensos y descensos, lo que guste. Pero siempre manteniendo la misma cantidad de participantes en cada Torneo. Así tendríamos la normalidad de poder jugar un total de 30 partidos solo los fines de semana y sin perturbar las vacaciones de los futbolistas o que arranque en febrero con 38 grados de temperatura o que acaben con la sidra descorchando en el entretiempo de una final.

Claro que este es solo un esquema que no intenta imponerse al actual ni mucho menos, sino visibilizar que se puede hacer algo más cercano a los deseos del hincha sin que los intereses de los directivos de los clubes terminen arruinando el espectáculo más lindo que tenemos los argentinos.

Mar Val

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