El partido que cambió la historia de un club

 

Hablar hoy de Defensa y Justicia es referirse a un equipo afianzado en Primera División, con títulos internacionales, con nueve participaciones initerrumpidas en Copas organizadas por CONMEBOL, con jugadores que vistieron su camiseta y hoy son campeones mundiales con Argentina. No existe hincha de fútbol latinoamericano que no sepa identificar sus colores y que Florencio Varela es su casa. Sin embargo, todo este prestigio obtenido estuvo a un segundo de ser solo fantasía irrealizable.

Defensa campeón de la Recopa 2021


Hubo un partido que fue un antes y un después, que marcó la historia del Halcón para siempre. Un encuentro de un valor incalculable, mucho más importante –permítanme decirlo- que la final de la Sudamericana con Lanús o la epopeya conquista en San Pablo en la épica final con Palmeiras por la Recopa, porque sin el resultado de ese partido ninguna de estas conquistas quizás, hubieran ocurrido.

Era un 3 de junio de 2006 y Defensa vivía su momento más dramático en la B Nacional desde su ascenso en el 97. El equipo que dirigía el gran Rubén “Negro” Agüero jugaba la revancha de la promoción contra el Deportivo Morón para evitar volver a la B Metro.

Ya haber jugado la promoción era un regalo. Luego de un muy flojo Clausura, el Halcón se salvó del descenso directo en la última fecha tras empatar en el minuto 51, 1-1 con San Martín de San Juan con el gol de Jesús Nievas tras un cabezazo del arquero Guillermo Hernando que fue al área contraria a buscar y encontrar la heroica.



Sin embargo, un partido que parecía favorable por la ventaja deportiva y el 1-1 conseguido en el juego de Ida en el Viejo Francisco Urbano, se iba a tornar en una pesadilla con el correr de los minutos.

El gol tempranero de Rubén Ferrer pronto iba a quedar sepultado por los dos goles de un intratable Damían Akerman y otro tanto de Ceferino Denis que ponía 3-1 a la visita y mandaba al descenso al conjunto de Varela.

El Gallo se iba a cansar de desperdiciar goles, sobre todo en los pies de Adrián Guillermo, un delantero que surgió en Boca y que apresuradamente se tildó de “crack” por el periodismo vendehumo de siempre.

Un equipo que hizo historia sin ser Campeón. Defensa y Justicia 2006.


Morón parecía tener su ascenso en el bolsillo, era más que el local. Para colmo a Lucas Godoy le anularon un gol lícito por offside. La tarde se volvía oscura y amarga, el Defe parecía condenado. Ante este panorama, pocos gurúes del fútbol hubieran apostado a la remontada del Halcón cuando el marcador daba dos goles de ventaja al conjunto del oeste llegados al minuto 90.

Federico Beligoy, árbitro de ese partido, adicionaba 4 minutos más que parecían a esas alturas, los últimos de Defensa en la B Nacional. Pero algo pasó.

La mística del Halcón nació en ese preciso momento de desesperación, de rezo a todos los dioses, de esperar un milagro para torcer un destino trágico que parecía ineludible.

Mario Saccone sacó un tremendo centro desde la izquierda para que Marcos Ramírez conectará el cabezazo que se transformaba en el esperanzador 3-2 a los 47 minutos ¿Habría tiempo para algo más?

Inmediatamente en la siguiente jugada y con todo Morón metido atrás, Ferrer recibiría una falta en la puerta del área y el futuro de Defe se resumía en un tiro libre.


A partir de ee día, todo fue alegría para Defe. Ascenso histórico a Primera y ddos copas internacionales.

El dramatismo que se vivió en ese segundo que duró una eternidad no se puede describir. Los jugadores de Morón protestando eufóricamente, la gente en las tribunas alentado hasta la disfonía, los jugadores del Halcón poniendo toda su fe en los pies de Ezequiel Miralles que parecía extraerse del intenso nerviosismo que se degustaba en Varela. Era esa pelota  y se terminaba. Hernando volvió a ir a buscarla en el área contraria, el rival que metía 8 de sus 11 jugadores en la barrera, un árbitro que se señaló el reloj indicando que era la última del partido. Era a todo o nada.

Y el 10 la clavó en un ángulo…  la explosión de júbilo se sintió hasta Morón. El Tito Tomaghello era testigo de la hazaña más grandiosa de los últimos años. Defensa iba perdiendo 3-1 en el minuto 90 y lograba en el minuto final, dos goles para empatarlo y mantenerse en la categoría. Épico por dónde se lo mire, emotivo hasta las lágrimas para los que tienen su corazón pintado de verdeamarillo.



Sin dudas que la historia hubiera sido distinta si la pelota hubiese tomado otro rumbo, si esos eternos guerreros no hubiesen dejado el alma hasta el pitazo final, si no se hubieran puesto la camiseta en la piel, como un hincha más. Ese partido fue el puntapié que dio nacimiento al actual presente que hoy disfruta Defensa y Justicia y esa fecha quedó inmortalizada como el "Día del Hincha" por esa multitud que alentó siempre y jamás dejo de creer en sus jugadores.

Aquella epopeya merece ser recordada por siempre, está a la altura del ascenso a Primera o las dos copas internacionales que tiene el club y los trofeos por venir. Por qué aquella tarde ante Morón surgió la mística del Halcón, nació el gigante de Varela, el nuevo Capo del Sur.


Joel Landeira

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