Las lágrimas del final de Camacho tras el 3-0 te transporta directamente a ese ascenso a Primera conseguido con Cocca en el 2014. Allí el de Varela creía que tocaba el cielo con las manos... pero nadie imaginaba que lo mejor todavía no había comenzado.
Quizás, para ser justos, habría incluso retroceder hasta esa epopéyica promoción contra Morón en 2006 y ese gol de Miralles en el minuto 95 que evitó lo que era un descenso ineludible. Sin embargo, fue el punto de inflexión dónde comenzó a escribirse una nueva historia para el Señor de Varela.
No es casualidad esta vuelta olímpica, es el reconocimiento a un club que viene trabajando por estos logros hace tiempo y lo está haciendo de manera ejemplar.
Llegó la era Cocca con los goles de Lucero y Brian que llevaron a Defe a Primera, pasaron Holán y Beccacece para la consolidación en Primera y las clasificación a las copas, primero a la Sudamericana y luego a la Libertadores dónde dirá presente este año también.
La clasificación en el Morumbí, el subcampeonato en la Superliga y finalmente, en su cuarta participación consecutiva, la obtención inobjetable de la Copa Sudamericana tras golear a Lanús y de la mano de Hernán Crespo.
Porque pasaron los nombres, jugadores y entrenadores pero la esencia de este Defensa siglo XXI no cambió jamás. Siguió apostando a los valores que otros desecharon, potenciando jugadores, potenciando entrenadores y demostrando que no era una moda, sino un proyecto claro y contundente.
Luego de todo ese trabajo de casi dos décadas, se recoge este primer fruto merecido que es la copa Sudamericana, a Defe lo espera un futuro internacional, una Recopa, un viaje a Japón por la Suruga Bank, una nueva cita en la Libertadores y, quién te dice, un lugar en un nuevo Mundial de clubes que está en laboratorio.
Si señores, Defensa hizo historia, porque Defensa y Justicia tiene historia y es la de los grandes. Salud Varela, felicitaciones campeón.
Mar Val
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