Si el objetivo era tratar de salir de este mal momento que le toca vivir y sumar unidades en el campeonato después de varias fechas, entonces habrá logrado su cometido. En medio de un partido pobrísimo, con un flojo nivel colectivo de ambos equipos además de muy pocas ocasiones de gol, Quilmes igualó sin goles en el Norte de nuestro país ante Gimnasia de Jujuy. Primer punto en la Era Lemos que sirve en la tabla de los promedios ante la derrota de Los Andes.
En la cancha quedó expuesto el presente que viven estos equipos: penando entre las últimas posiciones, con problemas, obligaciones y muchas urgencias, que le sacaron virtudes, los mostró apurados y sabiendo que el empate tampoco era un mal resultado.
Obviamente que el local mostró un mayor protagonismo, por lo menos, desde la postura dentro del campo de juego y la tenencia de la pelota. Claro que, el Lobo mostró una clara falta de condiciones para inquietar con más asiduidad al arco defendido nuevamente por el pibe Marcos Ledesma. Pese a todo, tuvo un remate de Diego Auzqui que dio en el travesaño (los disparos de larga distancia fueron un recurso) y pudo haber aprovechado mejor algún centro en el tramo final.
Por el lado del Cervecero, apostó primero a bloquear al adversario, sabiendo de sus habituales fallas defensivas, para después ir soltándose en el campo, con Tomás Blanco casi como único eje ofensivo. Encima, se vio obligado a hacer dos cambios de forma obligada por lesión, complicando toda idea que el entrenador tenía por delante a medida que vaya transcurriendo el juego.
Pese a eso y, casi de carambola, podría haber llegado al gol después de un centro desde la derecha que no pudo contener el arquero De Giorgi y que López no pudo conectar con fuerza, dándole la chance a Sebastián Sánchez la oportunidad de despejar sobre la línea de gol. Después de eso, pese a intentarlo por momentos, al QAC le costó ser profundo y más ambicioso.
El empate termina cerrando por estos lados, principalmente, porque toda unidad que se recolecte en las jornadas que faltan para que termine el año, va a ser bienvenida. Pero sabiendo que a partir de 2019 la evaluación será otra y que Lemos y sus dirigidos tendrán una mayor obligación a la hora que salgan al campo.
Deportes en Quilmes
Foto Prensa GyE
En la cancha quedó expuesto el presente que viven estos equipos: penando entre las últimas posiciones, con problemas, obligaciones y muchas urgencias, que le sacaron virtudes, los mostró apurados y sabiendo que el empate tampoco era un mal resultado.
Obviamente que el local mostró un mayor protagonismo, por lo menos, desde la postura dentro del campo de juego y la tenencia de la pelota. Claro que, el Lobo mostró una clara falta de condiciones para inquietar con más asiduidad al arco defendido nuevamente por el pibe Marcos Ledesma. Pese a todo, tuvo un remate de Diego Auzqui que dio en el travesaño (los disparos de larga distancia fueron un recurso) y pudo haber aprovechado mejor algún centro en el tramo final.
Por el lado del Cervecero, apostó primero a bloquear al adversario, sabiendo de sus habituales fallas defensivas, para después ir soltándose en el campo, con Tomás Blanco casi como único eje ofensivo. Encima, se vio obligado a hacer dos cambios de forma obligada por lesión, complicando toda idea que el entrenador tenía por delante a medida que vaya transcurriendo el juego.
Pese a eso y, casi de carambola, podría haber llegado al gol después de un centro desde la derecha que no pudo contener el arquero De Giorgi y que López no pudo conectar con fuerza, dándole la chance a Sebastián Sánchez la oportunidad de despejar sobre la línea de gol. Después de eso, pese a intentarlo por momentos, al QAC le costó ser profundo y más ambicioso.
El empate termina cerrando por estos lados, principalmente, porque toda unidad que se recolecte en las jornadas que faltan para que termine el año, va a ser bienvenida. Pero sabiendo que a partir de 2019 la evaluación será otra y que Lemos y sus dirigidos tendrán una mayor obligación a la hora que salgan al campo.
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