A Racing siguen sin salirle bien las cosas porque las luces no aparecen cuando hace falta y porque, como consecuencia, las nubes pueblan el panorama de un equipo que sabe que el próximo miércoles se jugará el sueño principal del semestre. En ese camino, por la séptima fecha del campeonato, la Academia, que en el plano local venía de vencer a Tigre, visitó el Estadio Monumental José Fierro y perdió por 3 a 1 con Atlético Tucumán en un duelo que le fue adverso desde el comienzo.
Nada peor que imaginar un partido y que la realidad devuelva un cachetazo en sentido contrario. Eso le sucedió al conjunto dirigido por Diego Cocca, que buscó desde el arranque recuperar sensaciones positivas pero que se topó con un rival contundente que le sacó jugó a cada falencia defensiva de la Academia. Apenas iban tres minutos cuando Favio Álvarez, de lo mejor de la etapa inicial, convirtió luego de un rebote corto de Juan Musso. Si la rápida apertura del marcador complicaba las cosas, lo que ocurrió después hundiría más todavía a la visita: a los 16, Guillermo Acosta marcó el segundo entrando por detrás de todos; y, a los 20, Miguel Barbieri la metió en el arco propio. Herido, Racing fue como pudo, con Lautaro Martínez como abanderado y, de la mano del goleador, descontó antes del descanso.
Las circunstancias obligaron a que los de Avellaneda se adelantaran en el campo y, en alguna ráfaga del complemento, pareció que podía haber remontada. Sin embargo, la esperanza duró poco porque el fútbol asomó en cuentagotas. Ya sin Lucas Orban en la cancha –lo reemplazó Juan Patiño-, Cocca apostó a torcer el destino con la técnica de Matías Zaracho. Para concluir con la cuota de variantes, Enrique Triverio ingresó por Martínez –estaba pautado que saliera para ir ganando ritmo de a poco-. Al encuentro le faltó suspenso porque Racing no tuvo efectividad cuando se arrimó y porque Fernando Echenique no sancionó dos manos en el área de los tucumanos que podrían haber alterado la coyuntura.
Con la necesidad de hallar la salida a este momento, la Academia pondrá las cartas que le quedan sobre la mesa cuando reciba a Libertad en el Cilindro. Por ahora, la ilusión está de pie. Será cuestión de no dejar que se caiga.
Prensa Racing
Foto Nicolás Reynaga
Nada peor que imaginar un partido y que la realidad devuelva un cachetazo en sentido contrario. Eso le sucedió al conjunto dirigido por Diego Cocca, que buscó desde el arranque recuperar sensaciones positivas pero que se topó con un rival contundente que le sacó jugó a cada falencia defensiva de la Academia. Apenas iban tres minutos cuando Favio Álvarez, de lo mejor de la etapa inicial, convirtió luego de un rebote corto de Juan Musso. Si la rápida apertura del marcador complicaba las cosas, lo que ocurrió después hundiría más todavía a la visita: a los 16, Guillermo Acosta marcó el segundo entrando por detrás de todos; y, a los 20, Miguel Barbieri la metió en el arco propio. Herido, Racing fue como pudo, con Lautaro Martínez como abanderado y, de la mano del goleador, descontó antes del descanso.
Las circunstancias obligaron a que los de Avellaneda se adelantaran en el campo y, en alguna ráfaga del complemento, pareció que podía haber remontada. Sin embargo, la esperanza duró poco porque el fútbol asomó en cuentagotas. Ya sin Lucas Orban en la cancha –lo reemplazó Juan Patiño-, Cocca apostó a torcer el destino con la técnica de Matías Zaracho. Para concluir con la cuota de variantes, Enrique Triverio ingresó por Martínez –estaba pautado que saliera para ir ganando ritmo de a poco-. Al encuentro le faltó suspenso porque Racing no tuvo efectividad cuando se arrimó y porque Fernando Echenique no sancionó dos manos en el área de los tucumanos que podrían haber alterado la coyuntura.
Con la necesidad de hallar la salida a este momento, la Academia pondrá las cartas que le quedan sobre la mesa cuando reciba a Libertad en el Cilindro. Por ahora, la ilusión está de pie. Será cuestión de no dejar que se caiga.
Prensa Racing
Foto Nicolás Reynaga
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