RACING

Tanto el ánimo como el juego reclamaban un triunfo contundente. La caída ante Sporting Cristal había abierto algún mínimo margen de duda y Racing precisaba con urgencia demostrar y demostrarse en condiciones de batallar en todos los frentes. Lo logró en el Cilindro, frente a Colón y por la quinta fecha del torneo. Fue por 4 a 1, con formato de goleada y con una nítida superioridad sobre un oponente que en ningún lapso del partido halló la manera de frenar el buen andar de la Academia. Ahora, con 8 puntos en el bolsillo, el panorama vuelve a mostrarse luminoso también en el torneo local.
Una salida elegante de Gastón Campi fue el puntapié para empezar a construir una noche de protagonismo y de efectividad. Iban solamente seis minutos cuando el defensor central avanzó pegado a la raya y jugó largo para Santiago Nagüel. El mediocampista enganchó ante su marca y limpió hacia el centro del terreno. Facundo Castillón, en su vuelta tras la lesión en su tobillo, controló con espacio de sobra, se acomodó para su mejor perfil y probó desde lejos. El tiro, potente y seco, se metió contra el ángulo inferior derecho de Jorge Broun y el equipo de Diego Cocca se encontró en ventaja cuando recién estaba empezando a plasmar su idea en el terreno.
A partir del gol, las cosas se le facilitaron a Racing, que pobló la mitad de la cancha con más volantes que de costumbre. Carlos Núñez se ubicó como única referencia ofensiva y los demás se movieron con dinámica en busca de acompañarlo lo más posible. Castillón, por la derecha, y Nagüel, por la izquierda, intentaron desnivelar por afuera. Oscar Romero cargó sobre su zurda la responsabilidad de conducir con claridad. Dos pases punzantes del 10 lo dejaron a Núñez de cara a la red. En ambas situaciones, el uruguayo galopó a pura potencia pero no logró resolver con la precisión necesaria. En el rincón opuesto, la última línea y el arquero transitaban el encuentro sin mayores complicaciones porque la visita no conseguía articular acciones de peligro.
La Academia era más que su rival pero fallaba al momento de terminar las jugadas. Fueron varias las ocasiones en las que, teniendo más hombres en posición de ataque que Colón en situación defensiva, no se acertó en el toque decisivo. Pero Castillón parecía contar con la fórmula para llevar a los suyos a la tranquilidad: a los 31, el rubio aceleró por la banda y envió un centro al corazón del área. El balón pegó en la mano de Lucas Landa y Luis Álvarez sancionó penal. Romero, con mucha jerarquía, no desperdició la posibilidad y convirtió su primer tanto con esta camiseta. Con comodidades múltiples en el desarrollo, el dueño de casa llegó al descanso con un alto nivel de confianza para encarar el segundo tiempo.
Y eso mismo pasó. Ordenado y firme, aguardó agazapado para lastimar de contragolpe. Pablo Alvarado funcionó como una muralla en la zaga y, desde ahí, Racing descansó sin sufrimientos. Núñez había buscado y buscado y tanta ambición tuvo premio algo después del cuarto de hora, exactamente a los 17. Luego de un desacople defensivo, el delantero se llevó la pelota de prepo, dejó en el camino al arquero y definió con un toque suave a la red antes de que se le cerrara el ángulo de disparo. Colón reaccionó enseguida a través de una jugada aislada y descontó, a la salida de un córner, a través de Raúl Becerra. La diferencia se mantenía y era cuestión de no descuidarse.
Cocca apostó a ganar lucidez en la posesión e incluyó a Washington Camacho por Castillón. El esquema táctico se sostuvo. Núñez también fue reemplazado y Brian Fernández ocupó su lugar. Por último, Ezequiel Videla entró por Nagüel y Francisco Cerro se movió a la derecha. Con el dominio de la escena, el campeón guardó la compostura y eligió cuándo poner de manifiesto su categoría. Lo hizo a los 32, para liquidar la historia. Fernández encaró y pateó desde el borde del área. Broun atajó dando rebote y Camacho apareció para hacer su estreno en la red. Fue todo festejo, fue todo justicia. Y Racing regresó a la sonrisa.

Fuente
Los goles

Comentarios