RACING

Sueña despierto este equipo porque intuye con certeza que la gloria queda acá, acá nomás, a la vuelta de la esquina. Sueña despierto Racing porque continúa avanzando con solidez hacia el objetivo que se trazó cuando comenzó el campeonato. Sueña despierta la Academia porque la punta es suya, porque la alegría le pertenece y porque la felicidad parece arrimarse para quedarse definitivamente en Avellaneda. En un domingo clave, en el siempre difícil Gigante de Arroyito, el conjunto de Diego Cocca mostró más oficio que nunca y más jerarquía que nunca y, con Diego Milito como figura indiscutida, goleó por 3 a 0 para acercarse muchísimo a eso que toda su gente espera.
Con la tensión de los partidos que pueden ser vitales salió a jugar Racing. Si uno de los desafíos iniciales era manejar la ansiedad, no le resultó nada sencillo a la visita hacerlo porque se topó con un adversario que se animó a ir para adelante. Y, entonces, en un contexto de mucha intensidad, de mucha dinámica, fue el conjunto local el que pareció acomodarse mejor. Ya de entrada, cuando apenas iban dos minutos, Franco Cervi logró escaparse a pura gambeta por la izquierda y remató con potencia para sembrar la primera sensación de peligro. No sería la única en ese primer rato: un tiro libre de Fernando Barrientos obligó a intervenir con seguridad a Sebastián Saja. Parado con las dos habituales líneas de cuatro, Racing no encontró fácilmente cómo interrumpir el circuito de tenencia ajeno.
Aunque sin mucha profundidad, el dueño de casa controlaba la pelota y el campo. La Academia intentaba salir con prolijidad por abajo pero, en inferioridad numérica en la zona del círculo central, no conseguía progresar con criterio. Como consecuencia, Milito y Gustavo Bou recibían a menudo de espaldas. Sin embargo, en cuanto pudo acomodarse, el capitán puso de manifiesto su presencia con un derechazo que se fue cerca. La respuesta canalla llegó pronto, a los 15, con un tremendo disparo de Cervi que Saja resolvió volando de forma espectacular. De a poco, cuando el envión rosarino mermó, Racing comenzó a salir del apuro y a hallar espacios para explotar sus virtudes.
Antes del descanso, arribó la primera emoción de la tarde. Iban exactamente 41 cuando Milito armó una maniobra genial y habilitó con un pase cruzado brillante a Ezequiel Videla. El mediocampista remató de volea, el balón dio en el poste y, en el rebote, Gastón Díaz empujó a la red. A partir de ahí, todo se modificó porque la confianza celeste y blanca se multiplicó y las cosas se facilitaron. Hugo Galloni decidió arriesgar y mandó al césped a Pablo Becker en reemplazo de Nery Domínguez. Con paciencia para resistir, con inteligencia para esperar, Racing se agazapó y aguardó por su chance. Y la oportunidad llegó a los 19. Y Milito, el símbolo de este sueño, no falló: Bou le lanzó una asistencia perfecta y él, tras dejar en el camino al arquero, tocó al gol.
Con la ventaja en el bolsillo, la Academia se lució como en las mejores presentaciones. Más allá de que Central insistió, Saja ya no debió trabajar tanto y el equipo controló con eficacia las distintas situaciones del desarrollo. Pero Milito estaba inspiradísimo y no iba a dejar escapar la posibilidad de liquidar del todo la historia. A los 29, después de que Gabriel Hauche, que ingresó por Bou, recuperara en campo contrario, el capitán encaró mano a mano a Mauricio Caranta y definió con mucha calidad contra el poste izquierdo. Hubo tiempo para los cambios además: Marcos Acuña y Francisco Cerro entraron y aportaron despliegue para terminar en buena forma un encuentro perfecto.
Racing, superior a su rival a lo largo del partido, consiguió así tres puntos claves para quedar a tiro del campeonato. La ilusión, a esta altura, está bien cerca. A la vuelta de la esquina.

Fuente
Los Goles

Comentarios