Sueño cumplido

 Soñar no cuesta nada se dice, pero ¡que esfuerzo y sacrificio conlleva el cumplir un sueño! De eso puede hablar Cañuelas FC. El Tambero viene haciendo bien las cosas desde hace tiempo y ese trabajo se transformó esta tarde lluviosa de enero en un histórico ascenso a la Primera B.

La esperanza arrancó con el laburo silencioso pero constante de lo que fue en principió una dupla, Gonzalo Márquez y Nicolás Iñiguez y luego del Zurdo en el tramo final. Acompañado de jugadores que dejaron todo, los de siempre como Krusty Quinteros, hasta los pibes del Beto Ortíz que estuvieron a la altura, sin olvidar a una directiva que día a día trabajó y estuvo presente en tiempos buenos y no tantos.


El Partido

El encuentro parecía eterno, no por los 195 minutos que duró la final, sino porque enfrente había un equipo que venía en racha, que jugaba bien y complicaba mucho al Rojo . En esos primeros minutos aparecieron las manos calientes del señor de los guantes, Fernando Vijande para mantener la valla en cero.

Sin embargo esa intensidad visitante tuvo su pico hasta la incuestionable expulsión de Lucas Chambi a los 35 luego de montarse a su ímpetu y cometer la torpeza de pisar a Frattini ya en el suelo. Con 10, Real Pilar no fue el mismo.

En el complemento los dos tuvieron sus oportunidades, tanto el visitante que atacaba como podía como el local que de contra pudo terminar la historia mucho antes. ¿Historia?, Si esa que quedó sellada tras el pitazo final del árbitro Acita y que escribió el capítulo más glorioso de la vida del Tambero.

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Misión cumplida

Fue un desahogo tras un año terrible, de incertidumbre, de pandemia, de muerte y de cambios de hábito, pero lo que se mantuvo en pie ante todo fue ese amor a los colores, ese amor que acompañó siempre al equipo con el banderazo previo a la final como ejemplo hasta los abrazos adentro y afuera del Arín, las miradas al cielo recordando al que ya no está pero nunca se fue, a los momentos inolvidables en el Cajón, en la D, en la C. A las canchas recorridas, a los kilómetros acumulados en las espaldas siguiendo a una pasión que no se explica, se siente. 

Llegó el momento, al fin, de festejar, de llenarse la boca de CAMPEÓN, de vestirse de orgullo por pertenecer a una gran ciudad, a un gran club, por esas raíces que nos definen y alimentan nuestra esencia. A disfrutar porque se cumplió la misión, porque el duro trabajo dio sus frutos, porque el sueño ese que tantas noches te desveló, el sueño de jugar en  la Primera B se volvió una realidad . Gracias jugadores, gracias cuerpo técnico, gracias Cañuelas por ser tan grande, por esta alegría soñada.


Mar Val

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