Otro pedazo de gloria para la historia

Es probable si sos muy pibe que no lo sepas, pero Talleres es mil veces más grande y más importante que Aldosivi. Pero el fútbol es presente, y por eso tiene sabor a hazaña histórica este triunfo 3-1 por Copa Argentina.



Histórico por derrotar a un equipo de Primera estando en la B, por la gente que copó Sarandí y ganó de antemano el duelo de hinchadas y porque por vez primera el Albirrojo está en los 16avos de una edición de Copa Argentina.


El planteo de Fito Della Picca fue simple pero no sencillo. Había que aguardar los primeros minutos bien parados atrás el avance del equipo obligado a ser protagonista y aprovechar las pelotas detenidas sabiendo que el Tiburón no defiende bien los envíos aéreos en la Superliga.

Con paciencia y seguridad, Talleres fue tomando el control de la pelota y así avisó Trejo con un tiro que se metía olímpico si no hubiera sido porque Assman se avivó y la sacó con lo justo.



Pero en el minuto 36, otro envió cerrado del exIndependiente quedó bollando en el área y Matías Sosa encontró el hueco para pegarle con alma y vida a esa pelota que se metió sin resistencia entre las redes el arco rival. 1 a 0 y fiesta total.



Para remarcar el trabajo de Della Picca. Un entrenador que demuestra que no solo con el tiki-tiki se puede jugar bien al fútbol. Tener un equipo prolijo y tácticamente aceitado también es un deleite a los ojos del buen futbolero. Eso es Talleres.



En el complemento jugó con la desesperación de Aldosivi que no encontró jamás como lastimar de verdad la defensa de Cacace. Talleres en el medio perdió por lesión a Valdéz y a Sosa. Pero sus reemplazos, Aranda y Caseres, fueron fundamentales para liquidar el partido: Caseres al ser derribado por Iñiguez en 36 del ST lo que le valió la roja al hombre del equipo de Mar del Plata, y Aranda porque apareció con toda su estirpe goleadora y liquidó el pleito con un 3-1 final que se justificó en los 90 minutos.



Así Talleres sumó otro cacho de gloria a las páginas de su brillante historia, un motivo más de orgullo de ser de Escalada, otro triunfo que alimenta el sueño de ascenso, otra alegría que hace latir con fulgor esos leales corazones albirrojos.

Mar Val

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