Como cuesta

A diferencia de la gran mayoría de sus presentaciones durante el campeonato, Quilmes tuvo varios pasajes del partido en los que se mostró superior a Santamarina. Sin haber hecho un gran juego, logró una mayor agresividad y contó con varias ocasiones claras para convertir, aunque la eficacia faltó en esas instancias claves. Frente a un adversario bastante pobre, los dirigidos por Leo Lemos tuvieron el mejor partido del semestre. ¿Alcanza con esto para ganar partidos?

La frustración del final es doble. Porque hubo una mejoría futbolística, pero no se pudo ganar y también por haber dejado pasar una nueva posibilidad de sumar de a tres en casa y ante rivales que aparecen en la misma pelea que el QAC, que es mantener la categoría.

Entre lo positivo, está la virtud de haber cambiado estilo, sistema y nombres, lo que le dio mejores opciones al equipo. Por segundo partido consecutivo no le convirtieron goles, en este caso, sumado al estreno de Alan Alegre, que debuto desde su vuelta al club. Más concepto en la mitad de cancha con Brandon Obregón (figura de la cancha y que no era tenido en cuenta por Fuentes) y los noventa y pico de minutos con mayor cantidad de posibilidades de convertir, aunque cada vez le cueste más acertar al arco contrario.

Claro que, las dificultades aparecen a la hora de buscar circuitos de juego. Hay poco criterio y elaboración cuando se intenta manejar la pelota, eso lo obligó a ser más directo y a buscar con envíos largos. Así, golpeó varias veces: Tomás Blanco remato desviado ante el achique del arquero Nicolás Rodriguez; tras una habilitación a Lozano y una serie de rebotes, Justo Giani remató sin arquero para que despejaran el balón sobre la raya de gol; en la más clara, una buena habilitación de Obregón lo dejó a Blanco mano a mano, pero remató sobre el cuerpo del arquero.

Los cambios debilitaron la idea, deslucieron los últimos quince minutos y allí creció Santamarina, generando que la imagen del QAC quede desfigurada del concepto final. Claro que, con esto no le alcanzó para derrotar a uno de los peores conjuntos del torneo, por ende, es apenas un primer pasito positivo pero que necesita de continuidad y mejoras para que termine generando confianza y, principalmente, pueda plasmarlo en victorias.

Por lo pronto, antes del descanso, Quilmes tendrá una dura parada en Alta Córdoba frente a Instituto. Este resultado lo obliga a pensar en sumar en una cancha complicada para no terminar más preocupado el año.

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Foto Prensa QAC

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