Así no se puede

Difícil resumirlo con otra palabra. Independiente cayó ante Boca 1 a 0 con gol de Edwin Cardona en el complemento, en un partido en el que dispuso de infinidad de ocasiones de gol y en el que le anularon mal uno a Maxi Meza y no le sancionaron un claro penal contra Silvio Romero en el primer tiempo.

El Rojo tuvo un gran arranque, aprovechando las espaldas de los laterales de Boca y comiéndole el medio. El déficit del Rojo en esos primeros -enormes- 25 minutos fue la definición. Martín Benítez pateó cuando tenía que tirar el centro y vicerversa. El Puma Gigliotti lo tuvo sólo a Silvio pero eligió pegarle de zurda. Hasta Nico Domingo tuvo una chance clarísima que pegó en la parte posterior de la red. Francisco Silva probó de afuera y chocó contra Andrada.

En el medio de todo ese vendaval rojo, estaba Darío Herrera. Inexplicablemente hubo tres jugadas de clara amarilla que las omitió quizás en solidaridad con el plantel de Boca por lo que le pasó en cancha de River. Pero eso no sería todo. Sobre el final del primer tiempo, tras una gran jugada de Romero, fue derribado dentro del área. Todo el mundo vio penal, menos Herrera.

En el complemento la intensidad bajó un poco pero el Rojo seguía yendo. En uno de esos descuidos, Cardona definió de gran manera una contra mortal. El 1 a 0, en el segundo tiro al arco de Boca en casi 70 minutos era demasiado. En los últimos 25 minutos el Rojo, con uno más por la expulsión de Magallán, intentó con más ganas que fútbol. Maxi Meza anotó el empate entre espalda y cabeza, sin embargo Herrera lo anuló por una presunta infracción ante Andrada, que, por supuesto, sólo vio el juez.

Fue derrota, injusta desde las situaciones de gol y desde la justicia. Lo de Herrera fue impresentable. El Rojo sigue dejando pasar oportunidades en el tren de un torneo que se le va.

Carlos Pérez

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