Punta de Cristal-do

Sudor, sudor y más sudor le costó a Racing conseguir una nueva victoria en el Cilindro. Lejos de sus presentaciones más brillantes, la Academia hizo de la lucha el baluarte desde el cual superar a Newell’s y lo consiguió a mitad de camino entre la garra colectiva y la angustia multitudinaria. El 1 a 0 resultó sufrido y los cinco minutos de descuento, con sus centros sobre el área celeste y blanca a cuestas, terminaron ofreciendo un escenario cargado de la tensión que inunda los domingos inolvidables. Indiscutido en lo más alto de la tabla, el equipo de Eduardo Coudet ratificó que sueña en grande y que quiere la gloria.

Las mismas dificultades ante la misma trampa. Como si hubiera copiado la receta de San Lorenzo, la visita ajustó desde lo táctico una serie de detalles para poner al dueño de casa en aprietos desde el arranque: Marcelo Díaz siempre con un rival encima, los circuitos de tenencia obstaculizados y la intensidad para que nadie recibiera entre comodidades. No pudo entonces el anfitrión imponer ninguna condición en el desarrollo. Interrumpido frente al vendaval de fricciones, el partido se disputó lejos de las áreas y lejos de la precisión. Matías Zaracho y Renzo Saravia, los dos citados a la Selección, debieron salir por lesiones y Neri Cardozo e Iván Pillud ocuparon sus lugares. Siguió la Academia sin mucho rumbo colectivo pero, como el fútbol no siempre tiene que ver con los merecimientos, encontró la ventaja casi sin haber pateado al arco: iban 43 cuando, tras un córner perfecto de Pol Fernández, Jonatan Cristaldo sacó de la galera un cabezazo formidable para convertir el primero.


Newell’s avanzó en la segunda mitad, con más presión que claridad, y Racing no logró esquivar ese aire de suspenso que lo tuvo a maltraer a lo largo del encuentro. Como si la dinámica de los accidentes fuera la protagonista de la tarde, Alexis Soto debió salir y Alejandro Donatti se metió en la zaga. Leonardo Sigali y Lucas Orban, en ese contexto, emergieron como figuras de una defensa dedicada a rechazar todo lo que pasó cerca. Pudo haber liquidado la historia la Academia de contragolpe pero no estuvo certero en el toque final. Al no poder convertir, no le quedó más remedio que resistir con el corazón en la mano.

Fue victoria y fue fundamental. Fue alegría y fue un pasó más. Fue la certeza de que está todo por hacer.

Racing Prensa

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