¿Y ahora?

Lanús volvió a perder en Rosario y se hunde en un pozo que parece no tener salida. Pese a ser muy superior a Newell’s en la primera etapa, falló varias chances claras y lo pagó caro. Fue derrota 2-0, con goles de Figueroa (penal) y Fértoli, en el final de cada tiempo. Herrera vio la roja en el Granate, errático y sin respuestas.

El presente de Lanús despierta fantasmas y preocupaciones. Juega mal y pierde. Juega regular y pierde. Y hasta cuando juega bien y genera ocasiones de riesgo, también pierde. Así no hay corazón que aguante, y la caída libre parece interminable.

En el segundo partido desde su regreso al club, el equipo de Luis Zubeldía cayó 2-0 ante Newell’s en el estadio Marcelo Bielsa y encadenó su cuarta derrota consecutiva en la Superliga, donde todavía no ganó y apenas cosecha dos puntos. Además hace 13 encuentros que no suma de a tres en el campeonato local.


La primera parte fue a pedir de Lanús, que salió con actitud y prestancia a jugar en campo de la Lepra. A los 25′ ya había generado -al menos- tres chances clarísimas para abrir el marcador, pero siempre chocó con la figura de Alan Aguerre. Primero, un cabezazo a colocar de Herrera que desvió con una gran volada al córner. Luego, un mano a mano dentro del área chica para ahogarle el grito de gol a Ribas (insólito lo que falló). Y por último, otro cara a cara con un atacante del Granate, ahora con Pereyra Díaz, que definió muy mal al cuerpo del ex arquero de Vélez.

Como dice el refrán, los goles que no metés en un arco, los recibís en el propio. Y así fue. En la primera aproximación del local, Pereyra Díaz le cometió una infantil falta a Bíttolo dentro del área y Rapallini cobró penal, que Víctor Figueroa cambió por gol engañando a Ibáñez para un inmerecido 1-0 a favor de los dirigidos por Omar De Felippe.


En el segundo tiempo, todo cambió. Motivado por la ventaja, Newell’s se mostró más sólido y sacó provecho del nerviosismo de Lanús, muy impreciso y sin respuestas para revertir la historia. Ni los ingresos de las mayores promesas de las inferiores como Lodico y De La Vega pudo modificar la ecuación.

Las altas temperaturas y el desgaste también jugaron su partido. Ibáñez evitó una desventaja mayor ante un remate de Formica y, minutos más tarde, Ribas tuvo el empate con un cabezazo al palo, después de un tiro libre de Pasquini. Ni en esa ligó.

La impotencia fue creciendo con el correr de los minutos y se evidenció claramente cuando Marcelo Herrera le metió un tremendo patadón a Joel Amoroso que le valió la roja directa. El Granate se quedó con un jugador menos y la Lepra lo liquidó en una contra letal a los 42′, resuelta de buena manera por Héctor Fértoli. 2 a 0 y una nueva derrota para volver con las manos vacías de Rosario. ¿Ahora quién podrá salvarnos?

Fortaleza Granate

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