La mezcla de jerarquía y contundencia fue argumento suficiente para que Racing sonriera el viernes por la noche en Entre Ríos y llegara a la revancha con River por la Libertadores de la mejor manera. En el estadio Bartolomé Grella, con seis cambios en la formación en relación a la última presentación, la Academia expuso su categoría, venció por 3 a 0 a Patronato y consiguió su segundo triunfo consecutivo en la Superliga, que por el momento lidera con 7 puntos.
Marcelo Díaz fue el vértice desde el cual el conjunto de Eduardo Coudet buscó imponer condiciones en el arranque. Si bien es cierto que los locales dispusieron de una chance clara en los primeros minutos –Gabriel Arias le adivinó la resolución a Nicolás Royón-, los de Avellaneda manejaron la pelota con comodidad y ofrecieron sensación de desequilibrio en cada avance.
Pol Fernández, que ya había estrellado un tiro libre en el poste, fue el encargado de abrir la cuenta, con un toque sutil de derecha, cuando el reloj marcaba 29. Pese a la desventaja, Patronato no se resignó y trató de que los envíos detenidos le funcionaran como una vía para arrimarse a la igualdad.
En el comienzo del complemento, antes de que el dueño de casa pudiera inclinar la cancha, un buen contragolpe le permitió a la Academia quedar de cara al segundo desde los doce pasos. Ricardo Centurión no falló delante de Nicolás Bértoli y la distancia en el marcador pasó a reflejarse también en el dominio celeste y blanco.
Gustavo Bou reemplazó a Jonatan Cristaldo y participó enseguida del tercero, que convirtió Maximiliano Cuadra a los 25. De ahí hasta el final, Matías Zaracho y Brian Mansilla ingresaron para darle aire fresco –y aroma al Predio Tita Mattiussi- a un equipo que controló las acciones sin mayores dificultades.
Con la ambición de seguir en la Copa, con la calma de saberse en camino, Racing crece a fuerza de goles. En Paraná fueron tres. Por eso el sueño está de pie.
Prensa Racing
Marcelo Díaz fue el vértice desde el cual el conjunto de Eduardo Coudet buscó imponer condiciones en el arranque. Si bien es cierto que los locales dispusieron de una chance clara en los primeros minutos –Gabriel Arias le adivinó la resolución a Nicolás Royón-, los de Avellaneda manejaron la pelota con comodidad y ofrecieron sensación de desequilibrio en cada avance.
Pol Fernández, que ya había estrellado un tiro libre en el poste, fue el encargado de abrir la cuenta, con un toque sutil de derecha, cuando el reloj marcaba 29. Pese a la desventaja, Patronato no se resignó y trató de que los envíos detenidos le funcionaran como una vía para arrimarse a la igualdad.
En el comienzo del complemento, antes de que el dueño de casa pudiera inclinar la cancha, un buen contragolpe le permitió a la Academia quedar de cara al segundo desde los doce pasos. Ricardo Centurión no falló delante de Nicolás Bértoli y la distancia en el marcador pasó a reflejarse también en el dominio celeste y blanco.
Gustavo Bou reemplazó a Jonatan Cristaldo y participó enseguida del tercero, que convirtió Maximiliano Cuadra a los 25. De ahí hasta el final, Matías Zaracho y Brian Mansilla ingresaron para darle aire fresco –y aroma al Predio Tita Mattiussi- a un equipo que controló las acciones sin mayores dificultades.
Con la ambición de seguir en la Copa, con la calma de saberse en camino, Racing crece a fuerza de goles. En Paraná fueron tres. Por eso el sueño está de pie.
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