No afloja

En un sprint de compromisos que no deja lugar ni a respirar, Racing dio un paso fundamental para que la Libertadores del año próximo le quede todavía a mano. En La Plata, ante un Estudiantes necesitado de puntos, la Academia sacó chapa cuando más falta hacía y se quedó con una ajustada victoria por 2 a 1. Con este triunfo, con dos presentaciones aún pendientes, el equipo de Coudet sigue teniendo chances de ganarse un lugar en la edición que viene del torneo más importante del continente.

A los 16 del primer tiempo, Lautaro Martínez leyó dónde iba a caer el centro de Solari, llegó antes que Andújar y conectó de derecha para que el equipo de Coudet empezara a ganar un partido que nunca pudo dominar por completo.



El campo no resultó un buen aliado para la tenencia prolija –a esta altura, un sello del estilo del Chacho- y el conjunto de Bernardi encontró en los envíos aéreos una manera eficiente de complicar a Musso. De hecho, cuando el reloj marcaba cinco minutos, Schunke estrelló un cabezazo en el travesaño que produjo la zozobra inaugural de la noche.

Los alrededores de Braña funcionaron como un oasis en los que la Academia tuvo espacios para recibir con comodidad. Zaracho, siempre lúcido para leer por dónde moverse, aportó claridad para resolver la presión descoordinada del mediocampo local. Sin embargo, hasta el descanso, los ataques carecieron de la chispa necesaria. La expulsión de Solari por una imprudencia lógicamente dificultó los planes e hizo presagiar turbulencias.


Reacción esperable, Estudiantes empujó en el complemento, se instaló en terreno contrario y dio la sensación de que se iba a llevar puesto lo que se le pusiera adelante. Racing aguantó la embestida desde el orden y no se desesperó cuando las nubes se le venían encima.

En el momento menos pensado, cuando los méritos no asomaban, Donatti transformó un tiro libre en grito sagrado: la puso contra el palo izquierdo del arquero como si entre sus obligaciones estuviera convertir seguido.


Sigali y Cardozo ingresaron para aportar jerarquía en el tramo final de un encuentro que no terminaba de cerrarse. Pavone descontó antes de la media hora para que la tensión se adueñara de la escena. Entre el cansancio, la rotación y el hombre de menos, el final fue para el infarto.

Domínguez reemplazó a Sigali, que estaba al límite desde lo físico, y la defensa se emparchó con lo que había: Meli, Barbieri, Piovi y Pillud resistieron con la conciencia de que las posibilidades de arrimarse al segundo objetivo del semestre dependían de ellos. Con polémica incluida en el descuento, la Academia se abrazó con el corazón a un triunfo clave para mantener de pie la ilusión.

Prensa Racing

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