No hubo premio consuelo

Era una incógnita cómo recibiría el público de Arsenal a su equipo. Dicen que los finales anunciados son menos duros, y la gente así lo demostró, con aplausos a su equipo y cantos. Después, empató 1 a 1 con Patronato.

La semana pasada, tras el empate con Chacarita del conjunto de Sarandí perdió definitivamente la categoría. El descenso se consumó justamente luego de la victoria por 3-0 de Patronato, su rival del lunes. Paradojas.

El partido tuvo un primer tiempo sin grandes emociones pero con un Arsenal siempre dominando el juego, incluso cuando carecía de la pelota.

Lo mejor del Viaducto se vio por derecha, con las constantes trepadas de Emiliano Purita por derecha, a espaldas de Garrido. Ya de arranque, un centro cruzado de Corvalán que Purita controló excelente en el área, se fue por unos metros sobre el travesaño. Por allí llegaría precisamente el gol, cuando promediaba la primera mitad. Un desborde del 7 terminó en un centro al ras de piso. Walter Andrade falló en el rechazo y la pifia le quedó a Alanís, el mejor de la cancha, que con un enganche de otro partido descolocó a Vera y remato bajo. En defensa, Curado y Monteseirrín se mostraron sobrios, y González le dio recuperación al equipo.

Un tiro libre de Urribarri, que tras un rebote en la barrera se fue a la izquierda del palo del arquero fue lo mejor que el Patrón pudo generar. Muy dependiente de lo que Garrido y Rivero puedan generarle, los creativos del conjunto paranaense no estuvieron finos. Gil Romero aportó pases, pero ni él ni Lemos pudieron equilibrar el mediocampo.

Ya en el complemento Pumpido mandó a la cancha a Abel Peralta en lugar de Lemos, y al Negro le cambió la cara. Patronato tuvo más la pelota y Garrido, más recostado por el centro, encontró su mejor versión.

Arsenal podría haber aumentado la ventaja tras una contra manejada por Diego Chávez, de flojo partido, que tras pared con Alanís definió muy mal un mano a mano. Nueve minutos más tarde, un córner ejecutado por Rivero conectó la cabeza de Quiroga que reventó el travesaño. Una serie de rebotes terminaron encontrando a Matías Garrido, y el 10, de volea y por abajo, lo cambio por gol.


El final del partido tuvo más dominio de los entrerrianos y a Arsenal jugando de contra, pero sin que ninguno lastimara demasiado. El silbato final encontró a la gente de Arsenal alentando y aplaudiendo a su equipo. Los de Sarandí, que ya tienen su destino escrito, se van despidiendo de Primera.

Juan Martín Prezzoli

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