Se aprovechó de su nobleza

Situación muy poco habitual se dio en Santa Fe, en el partido entre Colón y Lanús. El Sabalero tuvo dos penales a favor en menos de dos minutos, pero el desenlace fue bien distinto en ambos. En el primero, Herrera no dejó pasar a Bernardi y Silvio Trucco no dudó. Alan Ruíz fue el encargado de cambiarlo por el 1-0 y, instantes más tarde, Carrasco bajó al propio Ruíz otra vez dentro del área. El árbitro volvió a pitar pero el ex San Lorenzo se lo cedió a Correa: entre Andrada y el palo salvaron al Grana en el Cementerio de los Elefantes.

Ese paseo vertiginoso y lerdo a la vez pareció ser una expresión simbólica de la esperanza para Lanús. Que desde la tenencia expone sus buenas intenciones pero sin lastimar. Quien lastimó en cada ataque en esos primeros minutos fue Colón: Chancalay tuvo una inmejorable oportunidad que perdió. Sin embargo el Granate se iba con una ilusión para quedar en partido: la expulsión de Matías Fritzler. El experimentado cometió una irresponsabilidad y dejó a su equipo con uno menos. ¿Se abría otro partido?


No tardó en reaccionar Carboni: metió a Lodico, un volante ofensivo de buen manejo, por el defensor Cáceres. Como era de esperar, Lanús empezó a manejar la pelota y a transitar cerca del arco defendido por Alexander Domínguez. Pero al Granate le costaba generar peligro. Hasta que recibió un regalo inesperado del arquero ecuatoriano y empató: fue a descolgar un centro con una mano, la perdió y Lautaro Acosta no perdonó.

El envión anímico lo llenó de coraje al visitante. Siguió buscando. Y un par de minutos después, Bruno Vides convirtió luego de una linda asistencia de Silva. A los 24 minutos fue expulsado García Guerreño. Pero a Colón ya no le quedaban fuerzas y Lanús se trajo tres puntos de oro para la zona sur.

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