Partidazo en Alberdi

De ida y vuelta, a puro vértigo, con la presión como bandera en un terreno poco amable para el fútbol de alto vuelo, Racing se llevó un punto del estadio Julio César Villagra. La cita de la vigesimoprimera fecha terminó en un 2 a 2 que amagó con transformarse en victoria para cualquiera. La Academia, que estuvo en desventaja, que supo remontar la cuesta, no consiguió aguantar la diferencia y finalmente empató ante un Belgrano que suele hacerse fuerte en su casa.

Una sola vez en toda la primera parte consiguió Racing quebrar la telaraña que le tendió el anfitrión. Fue cuando Leonardo Sigali cruzó la mitad con pelota dominada y desacomodó el pegajoso sistema de marcas que impedía que la pelota circulara a ritmo punzante. Ya sin Leonardo Sequeira encima, el defensor sorprendió con un pase al corazón del área que encontró a Ricardo Centurión con una baldosa para resolver. La jerarquía individual –con magistral pisada incluida- hizo el resto y la Academia empató un partido que empezaba complicarse. Un minuto antes, a los 27, Sequeira había aprovechado una distracción de la última línea a la salida de un lateral para romper el cero. Los goles no desacomodaron un desarrollo que desde el arranque fue adverso para el equipo de Eduardo Coudet. Nery Domínguez y Neri Cardozo, los titiriteros celestes y blancos, estuvieron casi siempre presionados y en inferioridad numérica. Y Lautaro Martínez, el genio de cada semana, no encontró cómo frotar la lámpara para romper la monotonía.

El dibujo del mediocampo de Racing se modificó para equilibrar las piezas alrededor del círculo central. Ricardo Centurión se movió como enlace, Cardozo se cerró y el ajedrez se dispuso de otro modo. Pero, además de lo táctico, está lo impensado y, a los cuatro del complemento, Leonardo Sigali cabeceó bombeado por encima del arquero para estampar el segundo y poner la noche en otro lugar. Recurso vital para un encuentro con escasas situaciones de riesgo, la contundencia en los envíos detenidos volvió a funcionar como una sana costumbre. Pablo Lavallén buscó sacudir la estantería emocional desde los cambios y la respuesta de Coudet fue la entrada de Marcelo Meli por Enrique Triverio. Y, otra vez, lo inesperado: Lautaro falló mano a mano contra Lucas Acosta y Marcelo Benítez, en la siguiente, colgó un tiro libre en el ángulo superior izquierdo de Juan Musso.


Desarmado el juego, la apuesta para ganarlo fue Brian Mansilla. Los laterales se pararon alto para ofrecer amplitud y los demás buscaron el espacio interior entre tanta pierna cordobesa. Martín Ojeda pisó el campo por Cardozo para ver si aparecía la claridad que se necesitaba pero, luego de casi una hora y media de fricción, el cansancio hizo que los ataques carecieran de sorpresa. Mientras Racing aguardaba a que la inspiración de alguno de arriba le solucionara la encrucijada, Belgrano apeló a los centros para arrimarse a un triunfo que no merecía. Centurión vio la roja y el final se cargó de tensión. El hombre de más envalentonó a los locales y el desenlace ocurrió bastante cerca de Musso. Si de justicia se tratara esto, no habría gran cosa para discutir: el empate resultó lo más lógico en Barrio Alberdi.

Prensa Racing

Comentarios