Oportunidad desperdiciada

Argentino de Quilmes no pudo mantener su momento positivo y perdió como local. El equipo, inesperadamente, mostró una versión muy cercana a aquella de las primeras fechas de la temporada, cuando le costaba hacer pie y los resultados no podían disimular su flojo andar. Por eso, terminó cayendo por la mínima diferencia ante un adversario de escaso potencial como este Armenio que aprovechó para ponerse en ventaja y defenderla con uñas y dientes.

Dejó pasar una gran oportunidad para continuar cerca del lote de los tres equipos que marcan la hoja de ruta de esta temporada. El Mate, que llegaba con cinco victorias consecutivas, tenía la ilusión de seguir sumando de a tres y, principalmente, demostrar una vez más el potencial futbolístico que ha mostrado por estos tiempos y que lo ha llevado a ser la grata sorpresa de este tramo del campeonato.

Pero en la barranca se vio todo lo contrario. Salvo por el remate de entrada de Brian Duarte, cuando apenas iba un minuto de juego, que rechazó de manera correcta el arquero Germán Oviedo, después el equipo se mostró inconexo, con dudas en la entrega de la pelota, mal en la fricción y, durante gran parte del primer tiempo, dejándose dominar por un Armenio que tomó el control de las acciones.

Pese a mostrarse más cómodo en medio de un partido luchado y peleado, casi no llegó con peligro y todo hacía suponer que se irían al descanso en cero. Pero un centro al punto del penal, en el minuto 45, tuvo una mala decisión a la hora de la salida de parte de Adrián Leguizamón, permitiendo que uno de los centrales, Cristian Peláez, peinara la pelota a la red.

El marcador en contra terminó de confundir a un Argentino que, evidentemente, no estaba en su tarde. Con el visitante preparado para defender el resultado hasta el punto de demorar todo lo necesario que tenía la pelota en su poder, los dirigidos por Pedro Monzón intentaron yendo al frente pero chocaron una y otra vez con la falta de espacios y sus propias limitaciones en la gestación.

En el último cuarto de hora (más los siete minutos de descuento por parte del árbitro), intentó llevárselo por delante ante un Armenio que, con diez futbolistas por la expulsión de Santiago Gómez, terminó defendiendo metido de forma integra dentro del área. El arquero visitante se volvió en figura al descolgar todos los centros que pasaron cerca suyo y mostrarse seguro cada vez que le tocó intervenir.

No hubo forma de cambiar la historia y en la barranca se lamenta porque da la sensación de haber perdido el último tren en la lucha por los primeros lugares. Más allá de eso, una mala tarde la puede tener todo el mundo, inclusive este Argentino que dio sobradas muestras de sobreponerse a los males. El fin de semana que viene tendrá una nueva revancha.

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Fotos Prensa AQ

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