Sin rumbo

Golpe a golpe, el campeonato de Quilmes se resume en tropiezos. No encuentra respuestas a su presente y ni siquiera logra hacerse fuerte en el Centenario. Hoy perdió con Almagro y cortó su invicto de local, pero no solo fue eso sino que también extendió su mala racha: lleva cinco partidos sin poder ganar.

El cambio de mando inesperado dejó secuelas. El Cervecero entró dormido y la visita lo aprovechó; en su primera llegada, Alan Bonansea ganó de arriba y mandó la pelota dentro del arco. La gente no se había terminado de acomodar y su equipo ya estaba perdiendo.



Y no reaccionó, porque el Tricolor hizo lo que quiso. Los de Alfredo Grelak tuvieron para aumentar la ventaja pero no lo hicieron y solo eso mantuvo con vida al Decano. Quilmes cambió la imagen y en el complemento salió con todo y con el ingreso de Felipe Cadenazzi por el Chirola Romero sumó gente en ataque.

Sin embargo, la falta de eficacia que lo acompaña no lo dejó solo. Una y otra vez, incluso cuando Matías Nouet se encontró con el balón y el palo devolvió su tiro, con un remate del Chino Caneo o con el cabezazo de Tobías Albarracín por arriba del travesaño. Hasta el propio Cadenazzi cabeceó arriba después de un centro de Román Strada.

Almagro no se despeinó y Bonansea menos. El 7 ganó en las alturas, anticipó a Emanuel Trípodi y clavó el segundo. La ansiedad de los hinchas se desbordó y se transformó en reproches que no cesaron ni con el final del partido. El Cervecero no levanta y su sueño de volver a Primera se le escapa.

Federico Meza

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