Defensa salió de malas y lo dejó desamparado a Temperley en el Beranger al derrotarlo por 4-1 en un pleito que o liquidó en 10 minutos.
Ambos venían a los tumbos y era el partido ideal para tomar oxígeno o ahogarse definitivamente. El Gasolero intentó pegar primero con un tiro libre de Ramiro Costa que pegó en el travesaño, pero fue el Halcón el que pegó después y mejor.
Oxígeno. El de Varela acumulaba 5 partidos sin ganar y Vojvoda ya era muy criticado por los hinchas. Pero todo comenzó a cambiar cuando Fernando Márquez a los 16 aprovechó un grueso error del arquero Josúe Ayala y puso el 1-0.
Rápidamente el Gasolero quedó destrozado mentalmente y Defe no le tuvo piedad, a los 21 y 25, Nicolás Fernández estableció quién mandó en el partido y liquidó la cuestión.
En el complemento hubo tiempo para que, luego que Fabián Muñoz se errara el descuento, Lisandro Martínez pusiera el cuarto tras una brillante jugada preparada. Era la fiesta completa.
Ahogado. Por el otro lado lo de Temperley no es preocupante, es impresentable. Sin actitud, frágil emocionalmente y sin rumbo en la cancha, el equipo comete fallas en defensa imperdonables para un jugador que quiera jugar en la máxima categoría de nuestro fútbol.
Ni siquiera de penal, Costa pudo descontar. Tuvo que aparecer un guerrero de la vieja guardia como Adrián Arregui que, con mucha vergüenza y amor propio, metió gracias a otro penal el gol del honor.
Gustavo Álvarez dejó de ser el entrenador pero el que asuma deberá hacer malabares con un plantel que, a esta altura y con los números en la mesa, es el peor que tuvo el Cele desde que milita en Primera. Quedó a 5 puntos de Olimpo (que está descendiendo) y a 11 de Huracán, el último en salvarse.
Para Defensa y Justicia fue un baile. Necesitaba una victoria así para reafirmar conceptos, pero que no se la crea, pocas veces encontrara un rival que le facilite tanto las cosas. El Halcón sueña con levantar vuelo y terminar este año inolvidable, de la mejor forma.
El Show del Sur
Ambos venían a los tumbos y era el partido ideal para tomar oxígeno o ahogarse definitivamente. El Gasolero intentó pegar primero con un tiro libre de Ramiro Costa que pegó en el travesaño, pero fue el Halcón el que pegó después y mejor.
Oxígeno. El de Varela acumulaba 5 partidos sin ganar y Vojvoda ya era muy criticado por los hinchas. Pero todo comenzó a cambiar cuando Fernando Márquez a los 16 aprovechó un grueso error del arquero Josúe Ayala y puso el 1-0.
Rápidamente el Gasolero quedó destrozado mentalmente y Defe no le tuvo piedad, a los 21 y 25, Nicolás Fernández estableció quién mandó en el partido y liquidó la cuestión.
En el complemento hubo tiempo para que, luego que Fabián Muñoz se errara el descuento, Lisandro Martínez pusiera el cuarto tras una brillante jugada preparada. Era la fiesta completa.
Ahogado. Por el otro lado lo de Temperley no es preocupante, es impresentable. Sin actitud, frágil emocionalmente y sin rumbo en la cancha, el equipo comete fallas en defensa imperdonables para un jugador que quiera jugar en la máxima categoría de nuestro fútbol.
Ni siquiera de penal, Costa pudo descontar. Tuvo que aparecer un guerrero de la vieja guardia como Adrián Arregui que, con mucha vergüenza y amor propio, metió gracias a otro penal el gol del honor.
Gustavo Álvarez dejó de ser el entrenador pero el que asuma deberá hacer malabares con un plantel que, a esta altura y con los números en la mesa, es el peor que tuvo el Cele desde que milita en Primera. Quedó a 5 puntos de Olimpo (que está descendiendo) y a 11 de Huracán, el último en salvarse.
Para Defensa y Justicia fue un baile. Necesitaba una victoria así para reafirmar conceptos, pero que no se la crea, pocas veces encontrara un rival que le facilite tanto las cosas. El Halcón sueña con levantar vuelo y terminar este año inolvidable, de la mejor forma.
El Show del Sur
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