Con el B también

Con un equipo alternativo pensando en la Copa Sudamericana, muchos juveniles y más de un tiempo con un hombre menos, Independiente le ganó a Racing el clásico 1-0 con gol de Leandro Fernández.

La "Academia" salió a presionar y se adueñó de la pelota. Se mostraba más incisivo en el ataque, pero a los 30', Leandro Fernández le ganó la posición a Sergio Vittor y con varios metros que le dejó una defensa adelantada, sacó un zurdazo cruzado ante Juan Musso para abrir el marcador.


La primera acción contreovertida se produjo en el minuto 2, cuando tras una serie de rebotes en el área visitante, "El Pulpo" González mandó el balón a la red pero el asistente indicó que estaba adelantado, aunque en la repetición de imágenes de la TV el volante racinguista pareció estar en la misma línea que Amorebieta.


Independiente se quedó después con 10 jugadores (35') cuando se fue expulsado por doble amarilla el ex defensor de San Martín, Rodrigo Moreira a instancias del línea ya que Germán Delfino (de pésimo arbitraje) le había sacado a Amorebieta la amarilla.



En la última jugada del primer tiempo, Fernández ejecutó un tiro libre con gran precisión y el arquero Juan Musso desvió con gran esfuerzo al corner.

Racing sostuvo el dominio en la parte complementaria, provocó varis situaciones para empatar como un disparó en el palo de Lautaro Martínez, pero en líneas generales, terminó lamentando la poca precisión a la hora de definir.


Ni siquiera la entrada de Lisandro López (como le va a pesar a Diego Cocca no haberlo puesto de entrada, otra pifia del DT) en el segundo tiempo le permitió a Racing, que dominó el juego y las situaciones, empatar el partido.

Lo de Independiente rozo lo heroico. Terminó defendiendo el resultado como pudo, inclusive sin su arquerito titular, Gonzalo Rehak -que dio la vida esta joya en bruto no solo del Rojo sino del fútbol argentino-, quien se lesionó y le dio lugar a Damián Albil, no si antes tapar una pelota de gol increíble estando en una sola pierna.


Independiente se adueñó de Avellaneda una vez más, quizás demasiado premio en un partido dónde su rival fue superior. Pero que fue merecido por el corazón que puso sin sus habituales titulares y el amor propio que mostró para defender con diez hombres el triunfo en rodeo ajeno.



Para Racing es el castigo a los caprichos de un entrenador que se equivocó todo el año, desde los refuerzos, pasando por los que se fueron y por terminar el semestre sin pelear por nada (Superliga, Sudamericana y Copa argentina, sumado a perder el clásico de local con un equipo de suplentes).

Ganó el Rojo el clásico de Avellaneda. Sí, con el equipo B también lo consiguió.



El Show del Sur


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