A su juego lo llamaron

Independiente le ganó 3 a 1 a Libertad de Paraguay, en la vuelta de las semifinales de la Copa Sudamericana, con dos goles de Emanuel Gigliotti y uno de Barco de penal. El Rojo luego de 7 años está en una final de un torneo Internacional.

La mística se hizo presente en el Libertadores de América, en un duelo muy emotivo, que el Rey de Copas tuvo que dar vuelta ya que había caído en la ida por 1-0.



Los primeros minutos se vio un equipo tranquilo con la pelota pero nervioso a la hora de tomar decisiones. Mientras que los dirigidos por Ariel Holan buscaban los caminos para dar vuelta la serie, el conjunto paraguayo se replegaba y presionaba a partir del mediocampo.

A los 15’ en una viveza de Maxi Meza, quien sacó rápidamente un lateral, habilitó a Bustos que pisó el área y fue derribado por uno de los cinco defensores de Libertad. El juvenil Ezequiel Barco infló el pecho, tomó la pelota, miró al arquero y definió al palo distinto del que eligió el uno. Luego de 4 penales consecutivos sin marcar el Rojo pudo sacarse la mufa.



Como si fuera poco en la jugada siguiente, mientras explotaban las tribunas del Libertadores de América, el equipo del profe Holan tocó por todo el campo y finalizó una jugada de la mejor manera, guardando la pelota en la red. El “Puma” Gigliotti conectó el centro raso de Meza y marcó el segundo tanto.

Unos minutos después llegaría un baldazo de agua fría para Independiente. Libertad de pelota parada y luego de TRES cabezazos en el área, Cardozo Lucena marcó el 2-1 parcial. Ese cachetazo sirvió, ya que el Rey de Copas se volvió a despertar y forjó otra gran jugada que terminó en el fondo de la red. El laboratorio de Ariel se hizo presente de nuevo, esta vez por izquierda y Gastón Silva fue quien encontró a Gigliotti, que otra vez conectó y dejó sin opción al bueno de Muñoz.



El Rojo tuvo un rendimiento muy contundente y efectivo, en un primer tiempo que fue extremadamente dinámico, casi no tuvo interrupciones. La segunda parte comenzó con el equipo visitante totalmente volcado en ataque, buscando el gol clasificatorio. Los primeros quince encontraron a Independiente mucho más retrasado y otorgándole la posesión al conjunto paraguayo, que encajonó al local. Por esta razón el DT sacó a Martín Benítez y mandó al campo a Nicolas Domingo. El reloj de arena corría y Libertad, con empuje y sin tanto fútbol, iba con la obligación de dar vuelta la serie.

El Venezovasco, Fernando Amorebieta, ingresó en el lugar del “Torito” Rodríguez que estaba amonestado. Con este cambio el Rojo paró una línea de cinco defensores y añadió la altura necesaria para contrarrestar los envíos aéreos de la visita. Esta modificación sirvió y le dio un respiro a Independiente que pudo controlar los tiempos.


El reloj era eterno y el infierno ardía, los dirigidos por Holan, dejaron todo en cada dividida. Maxi Meza se vistió de Bochini y sacó a pasear a toda la defensa de Libertad que tuvo como único recurso bajarlo a patadas.

Como si fuera poco el visitante tuvo la oportunidad de ganarlo con un tiro libre que pasó a centímetros. Cuando el árbitro pitó el centro del campo Avellaneda explotó. Independiente está en la final de la Copa sudamericana. VOLVIÓ EL REY.

Franco Niccolini

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