El escenario es más complicado de lo imaginado después de haber disputado tres fechas. Un Argentino de Quilmes que se encuentra en pleno proceso de formación (física y futbolística) regresó a la Barranca y, más allá de los habituales problemas que presenta su piso, luchó en busca de una lograr la primera victoria del campeonato. Pero volvió a chocar con errores individuales, limitaciones propias y debió conformarse con un empate ante un Italiano muy pobretón.
Los nombres han dejado de encandilar a la gente que empieza a ver con sufrimiento una temporada que se programó para otra cosa. Es cierto, va muy poco del certamen como para hacer un diagnostico que sea definitivo, pero si empieza a haber ciertos indicios: al Mate le falta trabajo, un plan que esté más claro y que no se limite a jugadas esporádicas o ciertas apariciones fugaces de algunos de los futbolistas.
Así y todo, de los dos conjuntos, Argentino fue superior. Con un primer cuarto de hora más punzante, atacando por los costados, más actividad de Gustavo Oberman (primer partido desde el arranque) y la necesidad de encontrar un cambio de ritmo permanente en Brian Duarte.
Justamente, el Chapa fue determinante en la apertura del marcador: a los 35 minutos una interesante jugada comenzada en la mitad de la cancha, dejó a Duarte bien abierto por la izquierda y un buscapié suyo, obligó a un mal cierre de Javier Greco, que marcó en contra de su valla.
Con las debilidades que mostraban ambos en su armado, el segundo tiempo se hizo más de ida y vuelta. Con espacios, el Mate tuvo más ocasiones para marcar que en los primeros dos juegos. Sobre todo, después que la visita se quedó con un futbolista menos por la doble amarilla que vio el propio Greco a los 6 minutos de la etapa.
Pero con el correr de los minutos, Italiano se fue apoderando de la pelota, hasta aprovechar algunas de las pocas veces que fue incisivo y pisó el área adversaria: desborde por la izquierda, mano y, a los 21, Sergio Marclay transformó el penal en un gol que no gritó, debido a siempre recordado paso por la institución de la Barranca.
Ese tanto generó nerviosismo en el local, que se adelantó con menos claridad e ideas que antes. Una mayor actividad de Sebastián Arias en esa etapa y buena movilidad en los puntas no fueron suficientes ante tanto pelotazo, para poder retomar la ventaja para un conjunto que comienza a mostrar ciertas carencias para poder convertir.
Empate con sabor a poco y un Mate que aún no termina de aparecer. Más allá de los nombres, el equipo parece estar en pañales y necesita bastante rodaje para imaginarlo como protagonista del campeonato. Por ahora, el objetivo seguirá siendo poder sumar de a tres.
Deportes en Quilmes
Fotos Prensa Argentino de Quilmes
Los nombres han dejado de encandilar a la gente que empieza a ver con sufrimiento una temporada que se programó para otra cosa. Es cierto, va muy poco del certamen como para hacer un diagnostico que sea definitivo, pero si empieza a haber ciertos indicios: al Mate le falta trabajo, un plan que esté más claro y que no se limite a jugadas esporádicas o ciertas apariciones fugaces de algunos de los futbolistas.
Así y todo, de los dos conjuntos, Argentino fue superior. Con un primer cuarto de hora más punzante, atacando por los costados, más actividad de Gustavo Oberman (primer partido desde el arranque) y la necesidad de encontrar un cambio de ritmo permanente en Brian Duarte.
Justamente, el Chapa fue determinante en la apertura del marcador: a los 35 minutos una interesante jugada comenzada en la mitad de la cancha, dejó a Duarte bien abierto por la izquierda y un buscapié suyo, obligó a un mal cierre de Javier Greco, que marcó en contra de su valla.
Con las debilidades que mostraban ambos en su armado, el segundo tiempo se hizo más de ida y vuelta. Con espacios, el Mate tuvo más ocasiones para marcar que en los primeros dos juegos. Sobre todo, después que la visita se quedó con un futbolista menos por la doble amarilla que vio el propio Greco a los 6 minutos de la etapa.
Pero con el correr de los minutos, Italiano se fue apoderando de la pelota, hasta aprovechar algunas de las pocas veces que fue incisivo y pisó el área adversaria: desborde por la izquierda, mano y, a los 21, Sergio Marclay transformó el penal en un gol que no gritó, debido a siempre recordado paso por la institución de la Barranca.
Ese tanto generó nerviosismo en el local, que se adelantó con menos claridad e ideas que antes. Una mayor actividad de Sebastián Arias en esa etapa y buena movilidad en los puntas no fueron suficientes ante tanto pelotazo, para poder retomar la ventaja para un conjunto que comienza a mostrar ciertas carencias para poder convertir.
Empate con sabor a poco y un Mate que aún no termina de aparecer. Más allá de los nombres, el equipo parece estar en pañales y necesita bastante rodaje para imaginarlo como protagonista del campeonato. Por ahora, el objetivo seguirá siendo poder sumar de a tres.
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