Ganó la historia

Independiente apeló a la mística. O mejor dicho, al tremendo derechazo de Benítez que terminó siendo el gol de la clasificación a los cuartos, el desahogo, la felicidad pura. Ese golazo fue el 2-1 con el que el Rojo venció a Atlético Tucumán y se metió en la próxima fase de la Sudamericana.
No fue fácil. Todo lo contrario, porque pasó de todo y debió reponerse y batallar con diez por la expulsión de Tagliafico. No sólo eso, debió levantarse porque encima Fernández falló el penal y el rebote que le quedó tras la atajada de Lucchetti. Sobrevivió porque el gol de penal de la Pulga fue anulado por invasión y cuando lo repitió, el que se lució fue Campaña.
Digno fue el trayecto de los tucumanos en esta Copa. Es más, pudo haber logrado la clasificación porque chances, tuvo. Y encima contaba con el plus de jugar con un hombre más por la expulsión de Tagliafico.
Pero Independiente nunca se cayó, sacó ese fuego interior y a pesar de las desventajas, de fallar en momentos determinantes, encontró en Martín Benítez la salvación, el zapatazo de la victoria, el pasaje a cuartos.
Olé

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