Derrota que encendió el Alerta

Por la segunda fecha, Arsenal cayó 1-0 ante Colón en Sarandí con gol de Chancalay y profundizó su urgencia de puntos en un torneo que no da margen de error. Tras un buen primer tiempo, se desdibujó en el segundo y luego del gol de los santafesinos entró en una anarquía futbolística que lo volvió incapaz de reaccionar. Ahora, el desafío es conservar la paciencia.

Iba un cuarto de hora cuando Carrera desbordó y sacó un centro rastrero que Contreras no llegó a puntear en el área chica. Instantes después, una volea de Monteseirín en el punto del penal reventó el palo; también un remate de Rolón que, en soledad, se lo perdió dentro del área y una bomba de Milo que besó el ángulo izquierdo de Domínguez.


Más allá de un disparo de Fritzler que se estrelló en el poste y un tiro de "Cachete" Morales que Santillo envió al córner; la radiografía del primer tiempo dejó mucho mejor parado a Arsenal, que con movilidad e intensidad, supo generarse los espacios para llevar peligro al arco de un Colón que no desplegó su mejor versión.

Claro, le faltó la puntada final y mayor precisión en algunas maniobras, pero la imagen con la que el conjunto de Sarandí se fue al descanso dejó buenas expectativas para la segunda etapa.


Sin embargo, esas expectativas se disolvieron con el correr de los minutos en el complemento, porque el Viaducto se desdibujó por completo. Perdió toda claridad y la asociación de sus jugadores de mejor pie. Para colmo, cuando el encuentro se mantenía en un letargo donde pasaba poco y nada, una subida de Ceballos y un pase atrás encontró a Chancalay que, pese a la marca de Monteseirín, le pegó de primera para sacar un tiro cruzado que se coló junto al palo izquierdo de Santillo.
Baldazo de agua helada para el equipo de Humberto, que entró en una anarquía futbolística imposible de resolver algo. No hubo reacción en un Arse que, pese a los cambios del entrenador (los que pedía el momento), no pudo reaccionar. Bella, y el debut de Maxi Rolón y Mosquito no lograron cambiar el panorama. Ni siquiera pudieron entrar en conexión con Wilchez y Contreras como para hilvanar alguna acción coordinada y el local se sumió en los ponchazos.

A los tumbos se arrimó al arco del Sabalero pero no tuvo peso y por eso los minutos se escurrieron y el pitazo final se hizo inevitable. Arsenal volvió a perder y, aunque falta mucho, se complica.

En un torneo más corto que el anterior y con tan poco margen de error, la derrota profundiza la urgencia y también pone ante todos en Sarandí el desafío de conservar la paciencia para evitar una racha negativa como la del campeonato pasado.
Enfocarse en los indicios positivos es lo que debe hacer el cuerpo técnico y el plantel, y desde afuera, no entrar en la locura de un equipo que necesita calma para afrontar el torneo más importante en la historia del club. Difícil, porque el descenso hoy es una realidad, pero el buen primer tiempo de esta noche y los 70 minutos desplegados en La Plata tienen que ser augurio de triunfos. De seguir por esta senda, y corrigiendo lo que hay que corregir, el fútbol a la larga deberá dar su premio.

Por Martín Vassena

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