Se durmió una siesta

Racing la pasó mal en la Copa Argentina ante Mitre de Santiago del Estero, empezó perdiendo temprano por un error del uruguayo Arévalo Ríos, Spiderman Medina le atajó un penal a Licha López, pero se despertó sobre el final para dar vuelta la historia y ganar en Banfield.


De entrada, lo lógico: el equipo con más chapa asumió el control de la pelota, apostó a pararse en campo contrario e intentó hallar los huecos para ponerse de cara al arquero rival. Augusto Solari, en su presentación con esta camiseta, encontró espacios para recibir a la espalda de los mediocampistas; y Matías Zaracho, a esta altura una pieza clave, ofreció claridad ubicado contra la banda izquierda.

Una serie de buenas incursiones produjo destellos de peligro pero Alejandro Medina no llegó a preocuparse demasiado. En cambio, Juan Musso sufrió en serio en la primera que le patearon: iban 22 minutos cuando Ramiro Fergonzi aprovechó un grueso error de Egidio Arévalo Ríos para romper el cero con un disparo bajo y bien colocado.
A Racing le costó recuperarse del impacto anímico y Atlético Mitre pudo haber ampliado la diferencia. A poco del descanso, Licha López tuvo el empate entrando por el segundo palo pero no alcanzó a conectar.

 El empuje no se detuvo en el arranque del complemento y, obligado por las circunstancias, el conjunto de Diego Cocca se adelantó en el terreno. A los 12, luego de una mano en el área santiagueña, Licha tuvo la ocasión de igualar desde los doce pasos pero el arquero voló contra su poste derecho y la desvió al córner.
Era necesario elaborar y Nicolás Oroz reemplazó a Egidio Arévalo Ríos poco después del cuarto de hora. Al ratito, Santiago Rosales y Brian Mansilla ingresaron por Iván Pillud y por Zaracho.

Conciente de que no había margen para especular, la Academia fue y fue y, cuando más se hundía en urgencias, se topó con el gol. Fue su capitán el que, a los 32 y tras una sucesión de rebotes, dejó su sello en la red para renovar la esperanza celeste y blanca.
 Era cuestión de no aflojar y Racing aceleró. Aceleró y no cedió ni un centímetro de intensidad. Decidido a utilizar el ancho de la cancha, insistió por un lado y por el otro y cosechó la recompensa a los 39: Leandro Grimi, con una pirueta poco ortodoxa, conectó un centro desde la izquierda para destrabar una cita que parecía destinada a los penales. Convencido de que no se podía escapar, lo que siguió fue no desesperarse y aguardar el pitazo final.
Así Racing se despertó a tiempo de su siesta santiagueña y sigue en la Copa Argentina, Olimpo será su rival de 16avos.

Prensa Racing, El Show del Sur

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