Racing tuvo que sufrir pero le ganó a Colón por 1
a 0 en el Cilindro y sigue ilusionado con clasificarse a la próxima
Copa Libertadores. Matías Zaracho, en su primer partido como titular,
convirtió el gol de la victoria.
Jugar de noche no siempre implica la presencia de luces. De entrada, la imaginación avisó que asomaría poco y nada en un partido vital para las aspiraciones de ambos de clasificarse a copas internacionales. Y cumplió. Demasiados pases errados, demasiada imprecisión a la hora de elaborar. En el local, Luciano Aued se paró como eje de salida y Matías Zaracho, en su primera presentación como titular, regaló destellos de talento y de audacia. Pero, si bien hubo algunos ataques con aroma punzante, escasearon las situaciones de peligro real contra el arco de Jorge Broun. Como respuesta, los santafesinos eligieron progresar por el sector izquierdo con Iván Torres como carta central. Sin embargo, las intenciones no se transformaron en amenazas para Gastón Gómez.
Los esquemas se iban a romper en el inicio del complemento. Marcos Acuña, de lo mejor de la cancha, desbordó por izquierda y lanzó un gran centro cuando las agujas marcaban tres minutos. Y Zaracho, mostrando una notable capacidad de anticipo, saltó entre los defensores para convertir con un cabezazo formidable. La ventaja le sentó bien al dueño de casa, que se agazapó tratando de evitar sufrimientos. Con espacios, los ligeritos corrieron para molestar de contragolpe. Brian Mansilla entró por Zaracho y Ezequiel Videla reemplazó a Diego González para no perder intensidad en el centro del terreno. Como era de esperar, Colón se adelantó muchos metros y arrinconó a un equipo que resistió bastante atrás.
Decidido a soñar, Racing se aferró a un triunfo tan sufrido como necesario. Ahora quedará transitar la última estación para que no se escape el tren.
Prensa Racing
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