Hasta las lágrimas


Independiente quebró -nunca mejor dicho- su racha negativa de local, nada menos que ante Racing. En el clásico de Avellaneda, se impuso 2 a 0 con un golazo detiro libre de Emiliano Rigoni y una definición sobre la hora de Maximiliano Meza . Así, ganó por primera vez como local tras cinco encuentros.



El Rojo arrancó el partido presionando arriba, pero con el correr de los minutos Racing comenzó a hacer su juego: tocar y tocar. Hasta ahora, no hay grandes situaciones en el clásico de Avellaneda.

Promediando el primer tiempo, Racing se asentó en campo rival e inquietó con Bou por izquierda. El delantero metió un centro que Cuadra no pudo empujar. Y luego, el propio Bou definió muy mal cuando quedó mano a mano con Campaña, que contuvo sin problema ante su débil remate.




En la segunda mitad, Independiente inclinó la cancha, comenzó a desbordar por el sector derecho de la defensa local y a generar mucho peligro en el área de Orion. E, incluso, pudo disponer de un penal, pero Diego Abal omitió la clara falta de Gastón Díaz sobre Ezequiel Barco.

Y, de tanto ir, tuvo su premio el local. Rigoni ejecutó con precisión un tiro libre y aprovechó la poca oposición de Orion para abrir el marcador y festejar hasta las lágrimas.




Poca reacción mostró Racing. Y sí, sin embargo, muchas ventajas defensivas que Independiente no alcanzó a capitalizar (Albertengo estuvo cerca de liquidar el partido en el descuento) hasta los 47 minutos, cuando Meza, con un golazo, selló el 2-0.
Racing desperdició así la chance de recortar distancia con Boca: hubiera quedado a cuatro puntos con una victoria. Independiente festejó la primera victoria como local del ciclo de Ariel Holan, que sumaba cinco empates en el Libertadores de América. Y mantiene una ilusión: está a ocho de Boca, pero si gana su duelo pendiente ante Defensa y Justicia, quedará a cinco, con seis fechas más por jugarse.

Fotos: Télam

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