Capo en todos lados

Lanús visitaba Uruguay con la premisa de ganar o ganar. No sólo porque era el último partido de la fase de grupos y quería culminarlo de la mejor manera, tampoco por mantener el invicto de visitante en esta copa, y menos por querer desprestigiar a los que decían, en la previa, que el Granate estaría en los octavos de final de la Libertadores por “escritorio”. Los de Arias y Guidi tenían que ganar para finalizar como líder del grupo y tener mejores posibilidades a la hora de sortearse la ronda de 16 del campeonato continental. En ese contexto, llegó este miércoles al Gran Parque Central para enfrentar a Nacional.

El primer tiempo fue parejo, pero claramente se podía apreciar una superioridad del Granate. Una primera etapa muy inteligente de los dirigidos por Jorge Almirón, contra un Nacional que intentaba meter presión y obtener la posesión del mediocampo, pero que no le era posible debido a la velocidad y poderío de los ataques de Lanús y su dominio en el centro, liderado por un Iván Marcone que pide a gritos Selección. Este buen momento fue trasladado a las redes a los 26 minutos de la mano de Alejandro Silva. Tras una jugada magnifica y la sutil asistencia de José Sand, el uruguayo marcó con calidad por encima de Conde para poner el 1 a 0.
Sin embargo, esto no fue lo único que ocurrió en la primera mitad del partido. Apenas minutos después de la anotación Granate, Lautaro Acosta recibió un patadón de expulsión por parte del 19 del Bolso, Santiago Romero -que sólo recibió una amonestación por parte del arbitro-. Para susto de todo el Sur, el Laucha tuvo que salir sustituido, por lo que sería -se confirmará en las próximas horas- un esguince de tobillo. Esto también es una síntesis de lo que fueron los primeros 45. Bastante fricción por parte de ambos equipos.

El segundo tiempo fue más irregular en ambos lados. Lanús bajó la velocidad en base al positivo resultado parcial y con eso llegaron algunas imprecisiones en el mediocampo y en las salidas desde abajo. Nacional salió a buscar el empate desde el minuto uno pero el Granate estuvo bien organizado en defensa y supo como neutralizar los ataques y aprovechar esta actitud del Decano para intentar jugar al contraataque. A pesar de las modificaciones y los cambios de esquema y mentalidad, el conjunto uruguayo no tuvo la claridad suficiente como para generar, seriamente, peligro en el área rival. Sin embargo, los dirigidos por Jorge Almirón no supieron encontrar el segundo tanto, algo que los hizo sufrir por momentos ante la intensa presión del Bolso y el paso de los minutos.



Así ganó el Grana. Una victoria de visitante que se necesitaba, no solo para recuperar la confianza en salir de la Fortaleza -el último partido fuera de casa fue en la derrota ante los de Lomas-, sino también para quedar como uno de los mejores clasificados a los octavos de final de la Copa Libertadores -hasta el momento es, junto a Mineiro y River (que debe un partido), el equipo con mayor puntaje de toda la competición-. Lanús consiguió el objetivo más importante del semestre y demostró que el sueño de conquistar el continente está más intacto que nunca. Armá el Bolso que nos vamos a recorrer América.

Por  Ramiro Speranza

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