Tampoco fue el Díaz

Domingo de Resurrección, pero no para Quilmes... Ni cambiando su imagen, en el debut del entrenador Cristian Díaz, el Cervecero puede dejar atrás la nefasta racha de derrotas (sexta consecutiva), que lo ponen en una situación muy complicada en la pugna por esquivar el descenso (si este lunes Temperley gana, quedará muy cerca de caer en zona de descenso).
  
Lo de Colón fue la practicidad en absoluto, pues jamás se salió de su libreto, y con una efectividad casi del ciento por ciento sumó el quinto éxito para mantenerse clasificado a la próxima edición de la Copa Sudamericana.

El comienzo fue más de estudio que de protagonismo. Ninguno se animaba, aunque siempre un tanto más claro el dueño de casa. Así fue que, con el correr de los minutos, a base de empuje fue apretando al Sabalero y llegó con peligro sobre el arco de Jorge Broun, primero con un disparo de Maxi González, que se fue rozando el travesaño, y apenas después, a Rodrigo Contreras le quedó el balón atrás cuando quedaba mano a mano con el arquero.


  
Y sí, la que no concretas en el arco rival... Tal como dicen los manuales de fútbol, la visita llegó y no falló: a los 38 minutos, literalmente en la primera de los de Eduardo Domínguez, Facundo Pereyra se la puso en la cabeza a Diego Vera y el uruguayo, libre de marca, metió un testazo pegadito al palo derecho de Rigamonti.

Tras el descanso, el juego se disputó en su mayoría sobre el campo de Colón. Pero en ninguna ocasión, en parte por la buena labor de la defensa, los centros de Trombetta desde el sector izquierdo tuvieron problemas para Broun. Y de no ser por la mala puntería de Vera, en la segunda llegada, el Sabalero tuvo que aguantar hasta el pitazo de Paulo Vigliano para saborear un nuevo triunfo.

Es cierto que no fue su mejor versión, pero así y todo le alcanzó para aprovecharse del momento de Quilmes, que se marchó con mucha preocupación y con algún que otro insulto...

Fuente: Don Balón

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