En un viernes santo le cortaron a
Argentino de Quilmes ese embale que traía desde las últimas jornadas y
que lo había reacomodado en el campeonato. Pero el que lo bajó no fue un
rival más, sino que lo hizo el líder del campeonato. Este sorprendente
Sacachispas que pisó de manera contundente en la Barranca y, siendo
astuto e inteligente, aprovechando ciertas carencias que mostró el
conjunto de Acuña, pegó en los momentos indicados para ganar de forma
justa.
Si hay algo que se puede elogiar de este Argentino es su
constante búsqueda por el arco contrario. Inclusive aunque el
adversario sea de los más peligrosos que pueda mostrar el campeonato.
Claro que, esta vez el equipo pecó por su poca claridad a la hora de la
tenencia del balón. Era prolijo hasta tres cuartos de cancha y después
terminaba fallando en el manejo y en las decisiones, por eso le costó
poder generar situaciones de peligro.
Mientras tanto, los de Villa Soldati hacían su planteo.
Achicaban espacios, no permitían jugar cómodo al local y salían veloces,
principalmente por la izquierda, con la capacidad de recorrido de
Gastón Arrieta y la velocidad de Eduardo Dos Santos, bien acompañado
arriba por la polenta de Maximiliano Quinteros. Y casi sin patear al
arco, se puso en ventaja: jugada preparada bien ejecutada por Julio
Serrano que combinó con el ingresado Rodrigo Acosta (salió lesionado
Ezequiel Dos Santos) y éste tiró el centro para que Fernando Lavalle
defina a la red.
Toda una carga de presión sintió el Mate a partir de la
desventaja. Es que, había hecho un partido aceptable y estaba perdiendo
inmerecidamente. Eso lo sacudió y le generó más dudas en su rendimiento.
Y por el otro lado, hizo crecer al puntero, que se mostró mejor
preparado a transitar el resto del partido con la ventaja en el
tanteador. Por eso, el segundo tiempo se ampliaron las diferencias y el
mejor del torneo, comenzó a justificar su chapa. Manejó los tiempos, se
defendió con la pelota, no dejó que el Celeste lo llevara por delante y
solo sufrió por un marcador que estuvo abierto casi hasta el cierre.
Porque a dos minutos del final, Acosta recepcionó de
forma correcta un pelotazo largo y le dejó la pelota a Quinteros, para
que defina al segundo palo, después de tener espacios de sobra por el
costado derecho del ataque, teniendo en cuenta que a esa altura el Mate
ya jugaba con diez ante las expulsión por doble amarilla de Saayavedra.
Un golpe que era previsible pero que corta la levantada y
por eso molesta. De cualquier manera, los aplausos de la platea en la
Barranca son un indicador: con muchas situaciones aún por mejorar,
Argentino muestra condiciones para complicarle la vida a varios. El
martes tendrá revancha en Ensenada, para olvidarse de este mal paso y
seguir con la meta de sumar la mayor cantidad de puntos posibles.
Fuente: Deportes en Quilmes
Foto: Silvana Livigna
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