Cambió, pero no se modificó

Fue más de lo que venia mostrando, pero la derrota de Quilmes ante River en el Monumental le da la chance a Olimpo de alcanzarlo en los promedios.


El cervecero le hizo un gran partido al Millonario, le jugó de igual a igual y hasta contó con las más claras en el primer tiempo. Andrada y Obregón metieron miedo en el arco de Batalla en los primeros instantes.

El local reaccionó pasado los 20 con un tiro libre que dio en el travesaño del Pity Martínez o en un remate de Nacho Fernández que pasó cerca.

El primer tiempo se iba a ir con el empate y mostrando un Quilmes mucho mejor en comparación a otros partidos.

En el complemento, River metió pie en el acelerador y llegó con mayor intensidad. Rigamonti le tapó un mano a mano a Alario y Andrada no pudo con Batalla en otro.

Pero a los 26, llegaría el gol del local mediante Alario en una jugada que generó muchas dudas, no solo por la posición del delantero que, a lo sumo es discutible,  sino por una falta previa que Rapallini no vio.
El equipo de Lemos sintió el impacto del gol y no pudo recuperarse a tiempo. De contra, los de Gallardo lo liquidaron a los 41 con otro gol de Alario.

No hubo esa diferencia del marcador en el campo de juego, algún fallo del árbitro (a favor de River y Boca como de costumbre) no acompañó, pero el pulgar sí quedó arriba en cuanto a los futbolístico, al ver que este plantel se puede levantar y que tiene que levantarse. Cambió, es verdad, en cuanto al juego, pero no se modificó el desenlace gris que es una derrota.

A partir del lunes será tarea de Cristián Díaz dejar a Quilmes en Primera. Material hay por lo visto en el Monumental, aliento y apoyo jamás van a faltar. Por eso,  llegó la hora de sumar Cervecero.
Texto: El Show del Sur

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