BANFIELD

Nada bien le salió al equipo que perdió por goleada ante un Boca oportuno que supo aprovechar bien los espacios y las situaciones de gol que generó. Banfield tuvo rendimientos muy por debajo de lo normal y nunca le encontró la vuelta al partido. Habrá que hacer borrón y cuenta nueva, sabiendo que Almeyda sigue dando ventajas con sus planteos tácticos ante rivales netamente superiores en lo individual.
Nada bien le salió al equipo en la noche formoseña. Un planteo táctico erróneo, un rendimiento muy bajo en lo colectivo y también en lo individual dieron como resultado una derrota dolorosa ante un Boca oportunista, con muy buenas individualidades y que supo sostener su juego en jugadores como Pérez, Tévez y Palacio, las grandes figuras del Xeneize. El primer tiempo había arrancado favorable para el Taladro, pero el travesaño salvaba a Orion. Pero minutos más tarde fue Pérez quien ponía en ventaja a su equipo. Luego de eso fue todo de Boca de principio a fin. Almeyda planteó un partido de igual a igual en todas las líneas siendo Boca quien se favoreció con eso, primero por haber tenido una mejor noche y segundo por aprovechar sus individualidades que son mejores a las de Banfield. La pelota pasaba de un equipo a otro, pero las chances de gol fueron para los de Tévez, quien con poco, manejaba los tiempos de su equipo. Antes de irse al descanso, el equipo de Arruabarruena aprovechó bien un contragolpe, nuevamente con Pérez, pero en este caso de asistidor. Finalmente fue Calleri quien remató de derecha venciendo a Bologna. Tras el descanso la supremacía se notó aún más. Banfield nunca se encontró dentro del campo de juego, no tuvo la pelota, le costó hacer pie en la presión y no impuso condiciones en el mano a mano con sus delanteros. Cazares, Cuero, Simeone y Castillón, casi ni tocaron el balón. Domingo, muy sólo en el medio, bailó contra los volantes de Boca quienes coparon la zona central. Defensivamente no se jugó mal, pero los tres goles en contra hablan a las claras de algunos desacoples en esa zona del campo. El tiro libre de Tévez promediando el segundo tiempo, cerró un partido que fue esquivo desde el comienzo. Un 3 a 0 que hará replantear los tantos, con un cuerpo técnico que cada vez pierde más crédito con sus jugadores, dirigentes y sobre todo con el hincha, cansado de la irregularidad de un equipo que tiene grandes jugadores pero un juego muy deslucido. Ya sin la Copa Argentina sólo resta terminar el torneo de la manera más decorosa posible.

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