RACING

La sana costumbre de tomarse todo muy en serio y el oficio que otorga el roce le permitieron a Racing sortear con altura su debut en la Copa Argentina y construir una nueva alegría a poco del cierre del semestre. Con la dosis justa de contundencia y con la solidez para no regalar nada, la Academia venció por 2 a 0 a Independiente de Neuquén en el estadio de Lanús y se clasificó para los 16avos de final del torneo.
El reparto de obligaciones lo puso al equipo de Diego Cocca ante la necesidad de ir a buscar desde el inicio. Con la pelota como aliada y con el partido plantado en campo contrario. Ezequiel Videla se clavó entre los centrales para operar como el primer eslabón de salida y para darle así claridad a la circulación. Gastón Díaz y Washington Camacho se pegaron a las rayas con el objetivo de ensanchar el terreno y los dos delanteros apostaron a imponer su jerarquía en el centro del ataque. La responsabilidad fue entonces, ante un rival que compite en el Torneo Federal A, para el campeón de la máxima categoría del fútbol argentino. El conjunto neuquino, repleto de esfuerzos colectivos, decidió acumular gente en su línea de volantes con la idea de obstaculizar el circuito de gestación académico. En ese contexto, era fundamental encontrar precisión para quebrar la telaraña que estaba enfrente.
Hubo varias posibilidades para romper el cero. La primera llegó justo a los 11, tras un buen desborde de Díaz por derecha: el centro cayó por detrás de todos y Gustavo Bou conectó con su pierna más hábil pero sin poder darle dirección al remate. Ese fue el arranque del asedio de Racing, que intentó dar en la tecla para ponerse en ventaja cuanto antes. No trascurrió mucho hasta que un córner fue a dar a la cabeza de Luciano Lollo. El defensor, al igual que el domingo pasado en Mar del Plata, se elevó por encima de los adversarios pero envió el balón por encima del travesaño. La última de riesgo antes del descanso fue para Díaz, que recibió dentro del área un pase quirúrgico de Diego Milito. De primera, el mediocampista quiso definir contra el ángulo inferior izquierdo del arquero pero el disparo se le fue pegado al poste. La resolución de la cita se pospuso para el complemento.
Dos variantes de cara a la segunda mitad: Marcos Acuña y Brian Fernández ingresaron por Leandro Grimi y por Camacho. Y los efectos de los cambios se vieron rápidamente en el andar del equipo. Milito dispuso de una chance inmejorable cuando iban apenas algo más de 60 segundos. Sin embargo, el capitán -raro en él- falló delante de Nicolás Peralta. Pero el gol no se hizo esperar. Tres minutos indicaba el reloj cuando Bou aceleró por la banda derecha y lanzó un buscapié al segundo palo. Fernández, a la carrera, apareció sin marca para empujar a la red y para traer la calma que hacía falta. El tanto encaminó a la Academia, que jugó a partir de ese momento sin tanta presión.
El plan estaba claro. Únicamente había que ejecutarlo. La velocidad asomaba como la carta para aumentar la diferencia y eso fue lo que trató de hacer Racing. Le salió eficazmente otra vez a los 18: Bou ganó por afuera y cruzó el centro. Fernández, con olfato goleador, puso el pie en el instante exacto para convertir el segundo. Con el resultado a su favor, sobraron las oportunidades de contragolpe. Cocca eligió preservar a Milito pensando en Vélez y Santiago Nagüel lo reemplazó antes de la media hora. La Academia evitó zozobras en el tramo final y consolidó, sobre la base de una actuación pareja, un triunfo que, en el balance, resultó merecido.

Fuente
Los goles

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