RACING

Siempre, antes de las citas importantes, es fundamental ratificar que se está por la senda correcta. Y Racing, que está a pocos días de encarar la serie de octavos de final de la Copa Bridgestone Libertadores, cumplió el objetivo ante un rival siempre complicado. En el Cilindro, por la undécima fecha del campeonato local, en un partido vibrante hasta el final, la Academia derrotó por 2 a 0 a Lanús, cosa que no lograba hacer desde 2010. De esta forma, el campeón del fútbol argentino llegó a los 20 puntos y se mantiene firme en los dos frentes.
Golpe por golpe, golpe por golpe y golpe por golpe. Así, sin un resquicio para respirar, arrancó un duelo en el que los dos equipos buscaron que la intensidad fuera la llave que los condujera al cielo. Meter y correr y empujar y acelerar fueron las claves que contornearon una escena en la que no se percibió ningún dominador claro. Oscar Romero abrió la cuota de peligro con un delicioso pase profundo para Gustavo Bou. El goleador, que ganó la posición entre los centrales con comodidad, remató pifiado y no pudo convertir. Enseguida respondió la visita, que echó a correr a Lautaro Acosta por la izquierda para desnivelar. El delantero impuso su velocidad y lanzó un buscapié que nadie alcanzó a mandar a la red. Faltaba elaboración en ambos lados pero sobraba vértigo en cada centímetro del césped. Nadie quería regalar nada porque había consciencia de que era importante lo que estaba en juego.
Nuevo susto para Fernando Monetti. Brian Fernández recibió en tres cuartos de campo a los 10 y encaró a toda marcha. De izquierda a derecha, dejó en el camino a un rival y tocó hacia afuera. Romero entró solo pero disparó de derecha sin precisión. La sensación era que cualquiera podía acertar en esa dinámica frenética. Matías Fritzler debió salir por lesión y Jorge Valdez Chamarro, de características más ofensivas, lo reemplazó. La consecuencia fue que, todavía más que antes, la zona del círculo central fue exclusivamente de tránsito. Así como Lanús eligió avanzar por el sector de Acosta, Racing concentró sus cartas en la dupla de ataque: Bou y Fernández se movieron por un costado y por el otro a la caza del hueco justo para lastimar. Sin embargo, sucedió que, con el andar de los minutos, la intensidad perdió protagonismo y los dos conjuntos se fueron alejando de la posibilidad del gol. Así arribaron, sin grandes emociones, al descanso.
La misma secuencia para la segunda etapa. Aunque, a decir verdad, antes del cuarto de hora tuvo que aparecer Sebastián Saja para evitar la caída de su valla. Fue Lucas Melano el que se filtró por derecha y sacó un tiro bajo. El arquero puso sobre la mesa sus reflejos y alcanzó a desviar de gran manera. Sin perder el orden, la Academia aguantó la embestida inicial y se agazapó para contragolpear con sus piezas más incisivas. Dispuestos a que no se notara la ausencia de Diego Milito, los dos puntas se asociaron bien e inquietaron en varias oportunidades a una defensa que se adelantó dejando espacios. Era cuestión de capitalizar las ocasiones.
En busca de alternativas en la línea de volantes, Diego Cocca puso a Santiago Nagüel en lugar de Marcos Acuña. Y el cambio dio frutos casi de inmediato. A los 26, el recién ingresado aceleró desde la banda hacia el centro y abrió para Romero. El paraguayo inventó una sutileza para variarle el sentido a la jugada y Bou apareció por detrás de todos, sin marcas. El 7 enganchó para su mejor perfil, definió al ángulo inferior derecho de Monetti y anotó por cuarta vez en el torneo. Con la ventaja en el bolsillo, Racing apostó por fortalecerse atrás y Gastón Díaz sustituyó a Romero. El bloque para resistir se volvió más compacto aún y todos aportaron su cuota de sacrificio. Facundo Castro pisó el campo por Fernández y el desahogo decisivo se produjo a los 44, cuando el tiempo empezaba a acabarse: Yonathan Cabral capturó un córner enviado por Nagüel y estampó el segundo para sellar la sonrisa. La alegría fue así toda de Racing, que se preparará ahora para llevar su sueño a Uruguay.

Fuente
Goles

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