RACING

En el Cilindro, Racing derrotó por 2 a 0 a Huracán y volvió al triunfo en el torneo local después del empate en La Plata. Nicolás Sánchez, de cabeza, y Carlos Núñez convirtieron los goles de la Academia, que llegó a los 16 puntos.
En la noche de sábado, Racing tenía que cumplir con su consigna, que no era otra que demostrarse capaz de dar batalla en todos los frentes. Y lo hizo con el oficio del que conoce bien cómo manejar los ritmos de la paciencia para no apresurarse en los momentos no convenientes. Y lo hizo con la jerarquía individual suficiente como para aprovechar las oportunidades en un duelo sin muchas llegadas a los arcos. Y así, por la novena fecha del torneo, la Academia venció por 2 a 0 a Huracán en el Cilindro y sumó de a tres para no alejarse de la parte alta de la tabla de posiciones.
Con un andar cansino, sin un ritmo cautivante. Apenas hubo algunos desbordes por las bandas y algunos tiros aislados que sirvieron para darle algo de vida a un partido que arrancó sin grandes emociones. La apuesta de Diego Cocca fue superpoblar la mitad del terreno para tratar de asumir las riendas del desarrollo a partir de una tenencia prolija de la pelota. Enfrente se topó con un adversario que propuso algo similar, aunque con dos delanteros bien definidos. En el lado local, Brian Fernández se paró como referencia en el ataque a la espera de que los volantes -en especial, los externos- no lo dejaran solo. Oscar Romero se ubicó suelto, a la caza de la espalda de los dos cincos visitantes. Cuando recibió en posición cómoda, el paraguayo aportó destellos de claridad en un equipo al que le faltó en la primera mitad lucidez para ser profundo.
Si de peligro se trata, no hay mucho para anotar en la cuenta antes del descanso. Después de la media hora, un buen centro de Germán Voboril encontró la cabeza de Fernández. El balón salió por encima del travesaño. En busca de soluciones contra la raya, Marcos Acuña y Santiago Nagüel rotaron de sector una y otra vez. Sin embargo, el juego asociado no los puso a ninguno en situación favorable para desnivelar. Gastón Díaz fue el que más espacios halló para avanzar. Sebastián Saja debió intervenir muy poco. Su mayor contribución fue salir rápido frente a un remate mordido de Iván Borghello. La solidez de Nicolás Sánchez y de Yonathan Cabral colaboró bastante para que el arquero estuviera tranquilo. De cara al complemento, la expulsión de Guillermo Sotelo a los 44 le abrió un panorama interesante a la Academia.
Con el hombre de más, Racing decidió arriesgar más de lo que lo venía haciendo. Carlos Núñez reemplazó a Nagüel y Fernández pasó a tener compañía. Además, el equipo adelantó las líneas –la defensa quedó compuesta por tres hombres- y se plantó definitivamente en campo contrario. Un buscapié cruzado de Díaz fue el primer aviso del asedio que se vendría. Acuña, ya recostado definitivamente por la izquierda, dispuso de una chance clara con un disparo de derecha que Marcos Díaz despejó dando rebote. Era necesario encontrar huecos para desequilibrar y Washington Camacho entró por Cerro con esa misión. Enseguida sorprendió ingresando sin marca por el segundo poste pero falló al instante de la resolución. Quedaba todavía un buen rato para pensar en el triunfo.
La última carta fue Gustavo Bou, que sustituyó a Romero justo antes de la media hora. Pero no hizo falta que el goleador mostrara sus barajas para destrabar el cero. Inmediatamente después de la variante, cuando el reloj indicaba 29 minutos, Acuña lanzó un córner con mucha precisión y Sánchez se elevó por encima de todos para poner la frente y convertir el primero. El gol le vino bárbaro a la Academia, que se liberó de tensiones y que aguardó para lastimar de nuevo. De contragolpe, Bou pudo haber estampado el segundo. Pero fue Núñez el que selló la sonrisa: a los 35, recibió a la carrera de Camacho, dejó en el camino al arquero y tocó de zurda a la red. Fue un verdadero golazo que le puso el broche a un triunfo fundamental para no quedar lejos del objetivo.

Fuente
Los Goles

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