RACING

Lo que pintaba para fiesta terminó en leve preocupación porque el campeón no logró ratificar su buen momento y dejó en el camino los primeros tres puntos del torneo ante un adversario que supo aprovechar los momentos para quedarse con el triunfo. Racing, que quería pisar fuerte en el inicio del certamen, no dio en la tecla para revertir la desventaja, chocó y chocó sin hallar la clave y cayó por 1 a 0 ante Rosario Central en el Estadio Presidente Perón.
El baldazo fue de agua fría, casi helada. Porque no había pasado nada de nada cuando el cero se destrabó. Apenas había insinuado alguna seguridad en el andar el equipo de Diego Cocca cuando un error propio y un acierto rival lo pusieron debajo en el marcador. A los tres minutos, en el instante en el que superó el récord de Agustín Cejas con la valla invicta en partidos consecutivos, Sebastián Saja remató corto y bajo. Franco Cervi controló, miró al arquero y no dudó: colocó el balón por encima del uno para enmudecer a un estadio que seguía aplaudiendo al dueño del título. Había sorpresa en la noche de Avellaneda porque Racing estaba perdiendo, algo que no le sucedía en presentaciones oficiales desde la décima fecha del torneo anterior, frente a Atlético de Rafaela.
El conjunto local no mutó la fórmula que tanto rédito le venía dando. Mantuvo firmes sus dos líneas de cuatro hombres y depositó gran parte de las esperanzas en la sociedad de sus delanteros. Gustavo Bou y Diego Milito, muy marcados por lo general, se buscaron para tratar de desnivelar con movimientos inteligentes a uno o a dos toques. No se les hizo sencillo porque la visita armó una telaraña de volantes para impedir que recibieran con comodidad. En ese contexto, más allá de la intención de progresar en el campo a partir de los centrales, al anfitrión le costó construir espacios de tres cuartos hacia adelante. Frente a la necesidad, la prioridad fue tratar por adentro, donde más gente había. Los resultados, al menos durante la etapa inicial, no fueron satisfactorios.
Con cinco mediocampistas, el cuadro rosarino no se desesperó y aguardó con Marco Ruben como referencia ofensiva. Los demás corrieron y metieron para abastecerlo por los costados. Incómodo e impreciso, Racing fue perdiendo el dominio del desarrollo y se alejó de Mauricio Caranta. La pelota no le llegaba a Milito y las chances de peligro no aparecían. Lo mejor fue un cabezazo de Luciano Aued que terminó por encima del travesaño cuando se acababa el primer tiempo. Como si fuera poco, Leandro Grimi debió salir lesionado antes del descanso. Germán Voboril ocupó su lugar en el lateral izquierdo.
Otra mitad, otra actitud. Con todo: con presencia, con empuje, con convicción. Aunque, de entrada, Saja le tapó un tremendo tiro a Ruben que podría haber sido el segundo. Después del susto, señales de una recuperación futbolística. A los tres minutos, una sutileza de Bou para buscar a Milito en el corazón del área. Al capitán le faltaron centímetros para capturar el pase y quedar de cara al gol. Y, a los cinco, un disparo de Ezequiel Videla que, tras un desvío en un adversario, terminó preocupando al arquero. A puro empuje, Racing arrancó a inclinar la cancha y sembró esperanza en el Cilindro. Washington Camacho hizo su estreno para aportar claridad contra la banda y rápidamente se transformó en una alternativa válida para pensar en el empate. Con un par de gambetas, el uruguayo demostró capacidad para aportar soluciones en ataque.
La embestida de la Academia sufrió altibajos porque no abundaba la lucidez al momento de elegir la jugada correcta. Un remate de Bou desde lejos levantó los ánimos y algún desacople en el fondo enfrió la situación. La última apuesta de Cocca fue el ingreso de Brian Fernández por Aued cuando restaba todavía un cuarto de hora. Con tres puntas fijas, hubo envíos por arriba de todos los colores. Incluso, asomó alguna polémica dentro del área canalla. Una bomba de Marcos Acuña de media distancia puso en aprietos a Caranta. Iván Pillud resolvió mal en el rebote. Al ratito, fue Fernández el que probó desde afuera. No había caso. No salía y el reloj se consumía.
No bastó con que Lollo se ubicara de centrodelantero. No alcanzó con que el equipo fuera y fuera de todas las maneras. No fue suficiente y Racing se topó con una derrota que no esperaba nadie. Así es el fútbol. Por suerte, el martes ya hay revancha.



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