Fue un partido realmente malo. Sarmiento de Junín planteó lo previsto y lo recontra sabido, un equipo que esperó y apostó a la contra. Y, la realidad, es que lo logró y por momentos del partido hizo mejor las cosas que el local. Sí, Independiente nunca le encontró la vuelta, no demostró rebeldía, no tuvo cambio de ritmo. No tuvo nada.
Los de Jorge Almirón jugaron un encuentro para el olvido. Nunca se salieron del libreto, de cuidar la tenencia de la pelota, de no arriesgar de más y así no se puede ser atrevido, punzante ni desequilibrante. A Independiente le faltó el juego vertiginoso que todo conjunto debe tener para demostrar su supremacía que a priori existía.
La realidad es que en ningún instante del partido, Independiente logró llevarse por delante a un Sarmiento de Junín que de a poco y ante la carencia de juego en el local se fue animando y dañó. Así fue que el local poco hizo en el primer tiempo y su rival, casi logra abrir el marcador.
En el complemento, los minutos pasaban y Sarmiento a base de tiros de esquinas y de los miles de tiros libres que el árbitro Beligoy le dio cerca del área de Diego Rodríguez inquietó. Y fue tanto así que llegó a la apertura del marcador casi sobre el cierre del partido gracias a un gran cabezazo de Cuevas que apareció solo dentro del área y ajustició al Ruso.
Ahí, fue en el único momento que Independiente demostró rebeldía. Se olvidaron de todo lo que habían hecho. Se animaron a encarar. No les quedaba otra. La reprobación caía de todos los costados de la cancha. Las tribunas estaban enardecidas. Y ahí, con el ímpetu de la vergüenza deportiva y de salvar las papas, los jugadores fueron para adelante casi ciegamente y en la mejor jugada del Rojo llegó el empate.
Martín Benítez, que se convirtió en el único que intentó marcar el camino, arrancó encarando, descargó en Lucas Albertengo, quien habilitó a José Valencia. El colombiano desbordó pero no llegó al fondo y frente a su marca metió el buscapié para Matías Pisano que primero intentó de taco y terminó definiendo con el arco vacío en el único rebote que le quedó a Independiente en todo el partido. Así, a los 47 minutos del complemento el Rojo llegaba al empate y al desahogo.
La verdad es que el partido fue malo. Sarmiento realizó en forma exacta su libreto y sólo tuvo una falla la que Independiente logró aprovechar y alcanzó el empate. Justamente, el Rojo deberá mejorar notablemente para cambiar la pálida imagen de este domingo.
Fuente
Los Goles
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