TRISTÁN SUÁREZ

¿Cómo se puede jugar así con la ilusión de toda una ciudad?, ¿Cómo se puede regalar una oportunidad única como la que se presento el lunes por la tarde?, ¿Cómo se hace para explicarle al hincha del Lechero que va a estar otro largo año más en la B Metro?
Incógnitas sin respuestas...una vez más. Tristán Suárez tenía en bandeja todo para dar el gran salto. Tenía el resultado, tenía a los jugadores, tenía el marco, y así y todo vuelve a verse las manos sin nada.
El llanto del final de los jugadores de Villa Dálmine mostraron como jugaron esta final, poniendo la vida en cada pelota, en cada corrida, en cada cruce. Suárez fue timorato, lo espero al Violeta a tal punto que los jugadores observaban lo que hacían sus oponentes. Como en el gol que cabeceo sólito Rossi ante una defensa robotica.
Intento en el complemento Caruso sacar a su equipo de la cueva en la que lo había metido, Bottino tuvo el empate a los 7 del complemento con un remate que paso cerca, pero en la replica Cérica fusilo a Capogrosso y a las ilusiones del hincha que colmó el 20 de Octubre.
Tristán Suárez se repitió en los centros a Diz y los cambios, que en otras ocasiones salvaron la tarde, esta vez rindieron menos que sus reemplazos.
Se termino otro año de promesas rotas, ya no estará Caruso Lombardi en el banco ni muchos de los jugadores que dieron pena hoy, se tendrá que construir un plantel desde cero nuevamente y pedirle perdón, otra vez, al hincha del Lechero que se hizo sentir en todo Ezeiza alentando antes, durante y después del partido. A esa gente no se les puede fallar más.

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