QUILMES

El Cervecero cayó como local 1 a 0 ante River Plate, en el partido válido por la decimonovena y última fecha del Campeonato 2014 de Primera División. El encuentro fue parejo, si bien la visita tuvo mayor posesión de la pelota, no generó demasiado peligro, gracias al cerrojo que le propuso Quilmes. Sin embargo y cuando parecía que el partido se iba en empate, un golazo de Carlos Sánchez le dio la victoria al visitante. Así, los dirigidos de manera interina por Marcelo Pontiroli volvieron a dejar la cancha con una derrota injusta, pero que volvió a pegar duro. El partido se terminó suspendiendo a cinco minutos del final por incidentes.

Quilmes no pudo cortar la malaria y se fue del torneo con una derrota, otra más, en este semestre que desde los resultados, fue más una pesadilla que un campeonato. Como en tantos encuentros, esta vez con la dirección técnica interina de Marcelo Pontiroli, El Cervecero no se vio superado por un rival de una jerarquía mayor como es River. Lo maniató, le cortó los caminos, lo controló. No le pudo generar peligro pero tampoco sufría. Y un solo descuido, un solo metro que se dejó, sirvió para que el rival lo aprovechara con un golazo. Y así, se fue otro partido más. El encuentro empezó con Quilmes tratando de cerrarle los caminos a River, que era el que manejaba la pelota. El Cervecero cortaba y salía de contra con pelotas largas a los puntas. A los 9 llegó la visita, con un tiro libre en forma de centro de Leonardo Pisculichi, picó y sorprendió a Walter Benítez, que dio un rebote corto, cabeceó Ramiro Funes Mori y pegó en el palo derecho. River volvió a llegar a los 26, con un remate de afuera de Leonel Vangioni, y volvió a tapar el arquero cervecero. Los minutos pasaban y el partido era siempre igual, la visita dominaba la pelota, Quilmes luchaba y trataba de ir de contra, pero la realidad era que no había situaciones de peligro en ninguno de los dos arcos. Así pasó el tiempo hasta que se fue la primera mitad, con una igualdad que hasta ese momento estaba bien. Porque si bien la visita tuvo más posesión, casi no inquietó, y Quilmes, que se defendió bien, tampoco.
Lo perdió con un gol de otro partido
El segunda etapa, Quilmes salió un poco más adelante decidido a buscar el partido, River ya no iba tanto y el partido era parejo. Aún así, la primera del complemento fue para la visita, cuando a los 14 le dio a un tiro libre en forma de centro Pisculichi, la pelota se cerró y Walter Benítez la sacó por arriba. A los 15 minutos entró Brian Sarmiento por Leonel Demelchori buscando nuevo aire en ataque. A los 20 volvió a llegar el visitante, cuando tras una pared, Rodrigo Mora definió por arriba de Walter Benítez y sobre la línea despejó Leonel Bontempo. A los 22 dejó la cancha lesionado Adrián Fernández, reemplazado por Gonzalo Klusener. El partido era parejo y no había situaciones, pero una jugada individual rompió la paridad. A los 36, paró la pelota Carlos Sánchez afuera del área por la derecha, enganchó, remató y la metió en un ángulo: 1 a0. A los 38, Nicolás López entró por Lucas Pérez Godoy buscando más velocidad. Durante algunos minutos Quilmes lo buscó, pero a los 40, el juez Patricio Loustau paró el encuentro. Incidentes en la popular cervecera, fuego atrás del arco cuando se encendieron las cintas y los papelitos, y la suspensión del encuentro.
El final menos deseado
La derrota terminó siendo injusta por cómo se dio el encuentro. La primera mitad tuvo a un River dominador, pero sólo tuvo la posesión, porque no había generado peligro, y tampoco Quilmes. En el segundo tiempo, el juego se había emparejado, la visita llegó sólo un par de veces pero prácticamente no tenía ideas. Cuando parecía que el encuentro se iba en empate, un golazo de otro partido le dio la victoria a River. Después, los incidentes y el final. Un final tan triste como lo fue este semestre para El Cervecero. Doce puntos, último en la tabla y con muy pocos momentos de buen juego a lo largo de todo el torneo. Un campeonato que deberá quedar en el olvido y que servirá de ejemplo para no repetir errores en el futuro, y mejorar las cosas que se hayan hecho bien.

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