Luego de tres partidos sin perder en los que Quilmes había conseguido
tres empates, esta tarde volvió a sufrir una derrota. En un escenario
que le sienta muy mal al Cervecero, como el “Ciudad de La Plata”, cayó
una vez más ante Estudiantes, esta vez por 1 a 0. El encuentro tuvo un
primer tiempo muy parejo y luchado, pero al minuto de la segunda mitad,
los dirigidos por Pablo Quattrocchi se quedaron con diez jugadores por
la expulsión de Miguel Montaño. A partir de allí todo se hizo más
complicado y el local lo terminó ganando a diez minutos del final.
No hay caso. En el “Ciudad de La Plata” no se puede. Quilmes perdió siempre que visitó este escenario, tanto con Estudiantes como con Gimnasia, y esta tarde no fue la excepción. El Cervecero cayó 1 a 0 en un partido deslucido, parejo, pero que los de Pablo Quattrocchi sufrieron por haber jugado todo el segundo tiempo con diez. El encuentro empezó con el local tratando de ser protagonista, y al minuto llegó, cuando desde la izquierda metió un centro bajo Carlos Auzqui, en el área apareció solo Diego Vera pero le dio pifiado y afuera. Los minutos corrían y el local era un poco más, dominaba aunque no generaba mayor peligro. De a poco, Quilmes lo fue emparejando, Estudiantes cedió en su dominio y el partido se hacía luchado y parejo. A los 31 llegó el local, cuando Matías Orihuela pasó entre varios rivales y definió suave, pero tapó bien Walter Benítez. Y a los 37 volvió a aparecer el uno, cuando metió un centro de la izquierda Maximiliano Oliva, se cerró y el arquero manoteó al corner. Quilmes apostaba demasiado al pelotazo y a los delanteros no les llegaba la pelota, al mismo tiempo que los volantes por las bandas aparecían muy poco. La primera de Quilmes fue recién a los 44, cuando Jonathan Zacaría se escapó de contra, remató de afuera y tapó abajo el arquero Hilario Navarro. En los minutos finales no pasó nada y el juez pitó el final. El empate parcial estaba bien, porque más allá de un inicio en el que el local fue más, todo terminó siendo demasiado parejo, peleado y sin emociones.
Error infantil y a remarla
En la segunda etapa: un cachetazo. Al minuto, Miguel Montaño no guardó la distancia en un tiro libre, recibió la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado porque había sido amonestado a los 20 segundos de partido por una infracción. Insólito, y con diez, todo sería más difícil. A los 9 llegó Estudiantes, remató de afuera el ingresado Guido Carrillo y tapó abajo Walter Benítez, mandando la pelota al corner. A los 13 minutos y buscando nuevo aire en ofensiva, Adrián Fernández entró por Gonzalo Klusener. A los 18, otra clara del local: se durmió la defensa, tiro libre rápido, Joaquín Correa quedó mano a mano con Walter Benítez y tapó el arquero. El local dominaba las acciones más allá de no ser mucho más, aunque aprovechaba el hombre de más. A los 29 entró Santiago Martínez por “Pitu” González para reforzar el doble cinco y pasó Sebastián Romero a jugar por la derecha. Y a los 35, de tanto ir, Estudiantes lo pasó a ganar. Centro desde la izquierda del “Chino” Benítez, la bajó de cabeza Orihuela, Carrillo trató de definir pero lo trabó Sebastián Martínez, y la pelota le quedó a Matías Aguirregaray, que le dio cruzado casi pisando el área chica y puso el 1 a0. A los 40 entró Francisco Ilarregui por Zacaría buscando velocidad en ataque. Quilmes lo buscó, metió al rival contra su arco, pero no generó peligro. El partido se terminó y El Cervecero volvió a lamentar una derrota.
Un paso atrás
La victoria del local fue justa, principalmente porque luego de una primera etapa muy equilibrada, supo aprovechar la ventaja de un hombre de más en el segundo tiempo, y sin tanta claridad, arrinconó a Quilmes hasta que se puso en ventaja. El Cervecero se acordó de reaccionar a diez del final y no le alcanzó el tiempo. Una derrota dura y que termina siendo un paso atrás, luego de que el equipo empatara tres partidos seguidos, en los que había encontrado solidez, casi no había cometido errores que le costaran goles y de a ratos, tuvo volumen de juego. Lo de hoy fue una sombra, aunque todo quedó desvirtuado por la expulsión de Montaño. Mucho para analizar y corregir de cara a lo que viene.
Fuente
No hay caso. En el “Ciudad de La Plata” no se puede. Quilmes perdió siempre que visitó este escenario, tanto con Estudiantes como con Gimnasia, y esta tarde no fue la excepción. El Cervecero cayó 1 a 0 en un partido deslucido, parejo, pero que los de Pablo Quattrocchi sufrieron por haber jugado todo el segundo tiempo con diez. El encuentro empezó con el local tratando de ser protagonista, y al minuto llegó, cuando desde la izquierda metió un centro bajo Carlos Auzqui, en el área apareció solo Diego Vera pero le dio pifiado y afuera. Los minutos corrían y el local era un poco más, dominaba aunque no generaba mayor peligro. De a poco, Quilmes lo fue emparejando, Estudiantes cedió en su dominio y el partido se hacía luchado y parejo. A los 31 llegó el local, cuando Matías Orihuela pasó entre varios rivales y definió suave, pero tapó bien Walter Benítez. Y a los 37 volvió a aparecer el uno, cuando metió un centro de la izquierda Maximiliano Oliva, se cerró y el arquero manoteó al corner. Quilmes apostaba demasiado al pelotazo y a los delanteros no les llegaba la pelota, al mismo tiempo que los volantes por las bandas aparecían muy poco. La primera de Quilmes fue recién a los 44, cuando Jonathan Zacaría se escapó de contra, remató de afuera y tapó abajo el arquero Hilario Navarro. En los minutos finales no pasó nada y el juez pitó el final. El empate parcial estaba bien, porque más allá de un inicio en el que el local fue más, todo terminó siendo demasiado parejo, peleado y sin emociones.
Error infantil y a remarla
En la segunda etapa: un cachetazo. Al minuto, Miguel Montaño no guardó la distancia en un tiro libre, recibió la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado porque había sido amonestado a los 20 segundos de partido por una infracción. Insólito, y con diez, todo sería más difícil. A los 9 llegó Estudiantes, remató de afuera el ingresado Guido Carrillo y tapó abajo Walter Benítez, mandando la pelota al corner. A los 13 minutos y buscando nuevo aire en ofensiva, Adrián Fernández entró por Gonzalo Klusener. A los 18, otra clara del local: se durmió la defensa, tiro libre rápido, Joaquín Correa quedó mano a mano con Walter Benítez y tapó el arquero. El local dominaba las acciones más allá de no ser mucho más, aunque aprovechaba el hombre de más. A los 29 entró Santiago Martínez por “Pitu” González para reforzar el doble cinco y pasó Sebastián Romero a jugar por la derecha. Y a los 35, de tanto ir, Estudiantes lo pasó a ganar. Centro desde la izquierda del “Chino” Benítez, la bajó de cabeza Orihuela, Carrillo trató de definir pero lo trabó Sebastián Martínez, y la pelota le quedó a Matías Aguirregaray, que le dio cruzado casi pisando el área chica y puso el 1 a0. A los 40 entró Francisco Ilarregui por Zacaría buscando velocidad en ataque. Quilmes lo buscó, metió al rival contra su arco, pero no generó peligro. El partido se terminó y El Cervecero volvió a lamentar una derrota.
Un paso atrás
La victoria del local fue justa, principalmente porque luego de una primera etapa muy equilibrada, supo aprovechar la ventaja de un hombre de más en el segundo tiempo, y sin tanta claridad, arrinconó a Quilmes hasta que se puso en ventaja. El Cervecero se acordó de reaccionar a diez del final y no le alcanzó el tiempo. Una derrota dura y que termina siendo un paso atrás, luego de que el equipo empatara tres partidos seguidos, en los que había encontrado solidez, casi no había cometido errores que le costaran goles y de a ratos, tuvo volumen de juego. Lo de hoy fue una sombra, aunque todo quedó desvirtuado por la expulsión de Montaño. Mucho para analizar y corregir de cara a lo que viene.
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