Independiente le ganó 3-1 al Matador gracias a un doblete del “Gato”
Martín Lucero y un golazo olímpico de Federico Mancuello. El Rojo jugó
un gran partido. Tocó, jugó, se floreó y hasta regaló lujos para todos
los hinchas que se fueron disfrutando e ilusionados.
Independiente arrancó ganando ante Tigre desde antes de transpirar la camiseta. Sí, es que tras un buen tiro de esquina de Francisco Pizzini y un gran movimiento de Martín Lucero quien con un cabezazo preciso quebró la resistencia de Javier García y puso el 1-0 para el Rojo al minuto.
Al visitante le costó volver al juego, aunque ni bien lo hizo comenzó a preocupar mediante la velocidad de Rincón, los desbordes de Rusculleda y la pelota parada. El Rojo se vio un poco asediado y por eso se adelantó en el terreno. Ahí aparecieron los volantes para manejar las acciones y el local fue en busca del segundo tanto. Y casi llega a los 24 minutos, tras un gran remate colocado de Jesús Méndez.
A los 25 minutos el partido se detuvo para que los jugadores se hidraten. A partir de ahí fue todo de Independiente. El Rolfi lo tuvo de afuera en la más clara desde afuera. Después, hubo un par de centros rasantes en los que la imprecisión del ejecutante, uno de ellos Riaño, provocó la imposibilidad de aumentar la diferencia.
Y, de tanto errar, apareció Pablo Vitti, que había ingresado por el lesionado Rincón, y en la primera que tuvo marcó el empate a los 39 minutos. A partir de ahí se armó otro partido. El Rojo perdió claridad, pero en el último minuto de alargue relució una vez más el pizarrón de Almirón y llegó el segundo de Independiente.
Tiro libre, el Rolfi amagó el centro, se la cedió a Mancuello que de primera la puso en el área y fue Lucero que con un zurdazo logró la explosión en el estadio. Se jugaba el último minuto de alargue y así se fue el primer tiempo.
En el segundo el Rojo salió directamente a agrandar el resultado. Así fue que Lucero con un cabezazo y Matías Pisano – ingresó por Pizzini – desde afuera tuvieron las más claras. En ambas Javi García salvó a Tigre con atajadas impecables.
Sin embargo, a los 10 minutos nada pudo hacer el uno de Tigre con el golazo olímpico del gran Federico Mancuello. Sí señores. El zurdo, capitán y emblema de este equipo logró lo que venía buscando, un gol directamente desde el tiro de esquina. La gente se paró para esperarlo y mirarlo. Nadie se lo quiso perder. Todos lo gritaron y ovacionaron al crack. El Rojo se ponía 3-1 y todo era un carnaval.
A partir de ahí fue todo un lujo. Pisano se hizo eje del equipo. Lucero tuvo varias chances más para seguir aumentando la diferencia. Independiente cerró un gran partido. Jugó muy bien. Atacó con pelota dominada, lo ganó aprovechando la pelota parada. Creó situaciones. Fue amo y señor de las acciones. Fue el dueño del mediocampo.
El planteo de Jorge Almirón, incluyendo a Francisco Pizzini para aprovechar la localía y atacar con más variantes fue determinante. El Rolfi tuvo un buen rendimiento y la gente se lo hizo saber con una ovación. Mancuello y Méndez se acoplaron bien y en la zaga sólo se lo extrañó un poco a Cuesta, que ya podrá estar en la próxima.
Ahora sólo resta soñar con que River deje algún punto en el camino y el Rojo se pueda a acercar a ese sueño e ilusión del que no se quiere bajar. Y hace bien, porque hoy demostró ser un gran equipo. Demostró que jugando al fútbol es más fácil ganar. Jugó bien. Ganó bien. ¡Vamos Rojo!
Fuente
Los Goles
Independiente arrancó ganando ante Tigre desde antes de transpirar la camiseta. Sí, es que tras un buen tiro de esquina de Francisco Pizzini y un gran movimiento de Martín Lucero quien con un cabezazo preciso quebró la resistencia de Javier García y puso el 1-0 para el Rojo al minuto.
Al visitante le costó volver al juego, aunque ni bien lo hizo comenzó a preocupar mediante la velocidad de Rincón, los desbordes de Rusculleda y la pelota parada. El Rojo se vio un poco asediado y por eso se adelantó en el terreno. Ahí aparecieron los volantes para manejar las acciones y el local fue en busca del segundo tanto. Y casi llega a los 24 minutos, tras un gran remate colocado de Jesús Méndez.
A los 25 minutos el partido se detuvo para que los jugadores se hidraten. A partir de ahí fue todo de Independiente. El Rolfi lo tuvo de afuera en la más clara desde afuera. Después, hubo un par de centros rasantes en los que la imprecisión del ejecutante, uno de ellos Riaño, provocó la imposibilidad de aumentar la diferencia.
Y, de tanto errar, apareció Pablo Vitti, que había ingresado por el lesionado Rincón, y en la primera que tuvo marcó el empate a los 39 minutos. A partir de ahí se armó otro partido. El Rojo perdió claridad, pero en el último minuto de alargue relució una vez más el pizarrón de Almirón y llegó el segundo de Independiente.
Tiro libre, el Rolfi amagó el centro, se la cedió a Mancuello que de primera la puso en el área y fue Lucero que con un zurdazo logró la explosión en el estadio. Se jugaba el último minuto de alargue y así se fue el primer tiempo.
En el segundo el Rojo salió directamente a agrandar el resultado. Así fue que Lucero con un cabezazo y Matías Pisano – ingresó por Pizzini – desde afuera tuvieron las más claras. En ambas Javi García salvó a Tigre con atajadas impecables.
Sin embargo, a los 10 minutos nada pudo hacer el uno de Tigre con el golazo olímpico del gran Federico Mancuello. Sí señores. El zurdo, capitán y emblema de este equipo logró lo que venía buscando, un gol directamente desde el tiro de esquina. La gente se paró para esperarlo y mirarlo. Nadie se lo quiso perder. Todos lo gritaron y ovacionaron al crack. El Rojo se ponía 3-1 y todo era un carnaval.
A partir de ahí fue todo un lujo. Pisano se hizo eje del equipo. Lucero tuvo varias chances más para seguir aumentando la diferencia. Independiente cerró un gran partido. Jugó muy bien. Atacó con pelota dominada, lo ganó aprovechando la pelota parada. Creó situaciones. Fue amo y señor de las acciones. Fue el dueño del mediocampo.
El planteo de Jorge Almirón, incluyendo a Francisco Pizzini para aprovechar la localía y atacar con más variantes fue determinante. El Rolfi tuvo un buen rendimiento y la gente se lo hizo saber con una ovación. Mancuello y Méndez se acoplaron bien y en la zaga sólo se lo extrañó un poco a Cuesta, que ya podrá estar en la próxima.
Ahora sólo resta soñar con que River deje algún punto en el camino y el Rojo se pueda a acercar a ese sueño e ilusión del que no se quiere bajar. Y hace bien, porque hoy demostró ser un gran equipo. Demostró que jugando al fútbol es más fácil ganar. Jugó bien. Ganó bien. ¡Vamos Rojo!
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Los Goles
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