QUILMES

Otra vez Quilmes tuvo que lamentar errores, tanto del juez como propios, y de nuevo, en apenas tres minutos, perdió un partido que tenía controlado. Esta vez el rival fue Lanús, el escenario fue el Estadio Centenario, pero la historia fue la misma de otras oportunidades. El partido empezó con los dos equipos decididos a buscar la victoria. Empezó mejor Quilmes, que desde los cortes de Sebastián Romero y la creación de Arnaldo González, trataba de ser protagonista. Lanús, de a poco, fue emparejando las acciones. Así, los dos iban pero sin claridad en ataque, por lo que no había situaciones. La visita tuvo una con un remate de media distancia pero tapó bien Silvio Dulcich, y El Cervecero lo tuvo un par de veces con remates de Gonzalo Klusener, pero la pelota siempre se fue desviada. Los dos tenían intenciones pero no las plasmaban en los arcos. A los 40 minutos y cuando no pasaba nada, lo menos pensado: corner de la derecha para la visita, la pelota fue peinada, picó y dio en la mano de Lucas Suárez de manera involuntaria: el juez pitó penal. Silvio Romero lo cambió por gol y puso el 1 a 0. Un baldazo de agua fría que se iba a empeorar dos minutos después, porque a los 42, Quilmes perdió la pelota en el saque del medio, se escapó Silvio Romero, tocó a Lautaro Acosta que definió, tapó Dulcich pero la pelota dio en Alejandro Cabral y se metió para el 2 a 0. En dos minutos, Lanús pasaba a ganar por dos goles cuando todo era muy parejo. Insólito e inexplicable. Porque el juez marcó el final del primer tiempo y Quilmes, sin merecerlo, lo perdía dos a cero en tres minutos.
Fue una y otra vez pero sin suerte
En la segunda mitad entró en El Cervecero Genaro Vuanelo por Adrián Scifo. Así, el equipo quedó parado 4-4-2, porque Emiliano Carrasco pasó a ser lateral, “Pitu” fue de volante derecho, Jonathan Zacaría se cerró y Vuanelo fue de volante por izquierda. A los 5, Quilmes llegó claro: pase frontal de Sebastián Romero, cabeceó Klusener con el arquero rival adelantado y la pelota se fue apenas afuera. A los 15 volvió a llegar más claro todavía: remató de afuera Zacaría, tapó abajo el arquero Agustín Marchesín, en el rebote definió con violencia Vuanelo y la pelota pegó en el travesaño. La visita contestó dos minutos después, con un cabezazo casi en el área chica de Gustavo Gómez, y tapó bien Dulcich. Quilmes iba con mucha gente buscando descontar y arriesgaba porque no le quedaba otra, ante la chance de que de contra, Lanús liquidara la historia. La visita tuvo esa contra a los 28 pero la desperdició, cuando se escapó Lucas Melano, tocó al medio para Santiago Silva, que recién había entrado, pero el uruguayo definió mal y tapó Dulcich. A los 31 entró Nicolás López por Zacaría buscando más velocidad. Y a los 38, lo hizo Sergio Hipperdinger por Lucas Suárez, jugándose todo por el todo. Pero a pesar de los cambios, casi no se generó peligro, salvo con un remate cruzado de “Pitu” González, pero la pelota se fue rozando el palo derecho. Así, el encuentro se fue en derrota.
Volvió a pagar caro las equivocaciones
La victoria para la visita fue un premio exagerado, sobre todo porque lo ganó en tres minutos, con un penal inventado y un gol en contra, y después se defendió ante un Quilmes sin ideas. Pero más allá de eso, la realidad es que El Cervecero volvió a verse perjudicado con un arbitraje, y luego, nuevamente cometió un error defensivo que le costó otro gol. Después, no tuvo las ideas ni la claridad en ataque de otros partidos, y por eso no terminó lastimando demasiado a su rival. Una derrota que duele, porque el equipo venía mejorando futbolísticamente. Habrá que barajar y dar de nuevo, porque se viene Boca.

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